Sociedad

La cultura científica, fuente de futuro laboral para los universitarios

La ciencia es un arma laboral cargada de futuro para los universitarios. Los conocimientos científicos y tecnológicos son una fuente prometedora a la hora de entrar en el mercado de trabajo, a pesar de «los prejuicios y alejamiento de los ciudadanos» de estas ramas del saber. Así lo suscribe la profesora de Física y directora del programa Prescribe Ciencia -una serie de encuentros orientados a promover la cultura científica-, Ana Cremades, quien asevera que los licenciados en estos conocimientos gozan de un trabajo «más estable y cualificado» que los de otras especialidades universitarias.

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«Tienen mayor estabilidad y se incorporan antes al mercado laboral», apunta. Lo corroboró otro de los organizadores de los ciclos, Fernando Herrero, quien recalcó que existe una «relación directa» entre el desarrollo económico y el tecnológico-científico. Además, enfatizó, la ciencia «contribuye sin duda al mantenimiento del Estado del bienestar y de la cultura ciudadana».

La paradoja estriba, indicó Cremades, en que la comunidad científica está desalentada y sumida en la incertidumbre por los recortes que, a raíz de la crisis económica, se están produciendo en investigación, desarrollo e innovación, a pesar de las promesas del Gobierno y de que proclamara 2007 como Año de la Ciencia. «No estamos satisfechos con las inversiones en I+D+i, son las que primero se han recortado. Parte de las estrategias se han quedado colgadas y han sufrido un parón». Amparo Sebastián, codirectora de estos encuentros, se lamentó por un «panorama no muy esperanzador, cuando en estos tiempos no se debería abandonar la política de potenciar la cultura científica».

Incomprendidos

Además de los problemas de financiación, la cultura científica y tecnológica se enfrenta al déficit comprensivo sobre estas materias que se percibe entre los ciudadanos. Y en la propia cultura universitaria, donde estas áreas «no se consideran parte de los conocimientos básicos, a diferencia de otras ramas, como las Humanidades», precisó Cremades. La sensación que se extiende, se quejó, es que «la ciencia no encaja en la cultura», sin duda una «barrera psicológica que hay que derribar». Sostuvo que en la sociedad existen prejuicios y etiquetas negativas en la percepción social de los científicos, mientras que, por ejemplo, en los médicos «existe una confianza ancestral».