Un policía sin uniforme
José Guzmán no tiene calzado ni ropa de su talla y viste de paisano cuando está de servicio en señal de protesta
Actualizado: GuardarAunque parezca mentira, en Puerto Real para ser policía local, no basta con ingresar en el cuerpo, tener carné profesional y una antigüedad de 24 años. Tampoco se debe superar cierta altura y, por supuesto, un peso determinado. Eso, al menos, es lo que le ocurre a José Guzmán, puertorrealeño de 50 años, casado y padre de dos hijas, que lleva de servicio desde 1984 adscrito a la unidad de atención al público. Su problema es que mide 1,90, pesa 130 kilos y no tiene zapatos para su uniforme.
El policía necesita una horma especial para colocar sus plantillas ortopédicas. En el pasado nunca tuvo problemas, ya que el Consistorio le entregaba puntualmente unos cheques, por valor de 100 euros, que canjeaba por calzado. Pero actualmente, el agente no recibe las prendas reglamentarias. Sus mandos le han explicado que al ser «el policía más alto y pesado del país, no hay de su talla».
Desde el pasado día 10, José Guzmán viste de paisano cuando está de servicio, sin que le hayan dicho nada, pese a ser antirreglamentario. «Tengo un 43 de pie. Antiguamente no tenía problemas porque el Ayuntamiento me concedía una ayuda y me los compraba yo. A partir del convenio firmado en 2002, se acordó que me pasaran dos pares de zapatos, pero solo me han dado tres pares en seis años. Ya en agosto de 2005 decidí vestirme de paisano para protestar por el incumplimiento del convenio, y nadie me dijo absolutamente nada. En febrero de 2006 me concedieron la ayuda para adquirir un par de zapatos y desde entonces hasta este año, no me han dado el cheque para poder comprar unos nuevos».
En señal de protesta, José tampoco lleva ni la placa ni el arma reglamentaria. «Lo más chocante del caso es que el otro día mi jefe me comunicó que a partir de ahora, como soy el guardia mas grande de España, para mí no hay uniforme, porque no existe mi talla. He enviado ya tres escritos al Ayuntamiento y como si nada, salvo el comentario que hizo ayer mi jefe al verme vestido con el mono. Con cachondeíto me espetó: ¿Usted que hace así? Aquí no queremos a nadie de astilleros. Para ti no hay ropa porque lo que tienes que hacer es adelgazar».
Guzmán se siente apesadumbrado al notar que es víctima de bromas, y no comprende que después de tantos años de servicio le digan en la actualidad que no hay ropa para su talla sesenta. «Siempre me han entregado las prendas y antes tenía la 62-64. El año pasado me dieron el último pantalón, que era de verano, con el que he tenido que pasar todo el año».
El veterano agente, que estuvo de servicio en las calles hasta que en 1989 le operaron de las piernas, no sabe qué hacer para que le hagan caso, y acudirá al servicio con un mono amarillo para llamar más la atención. «Estoy luchando por mi dignidad como policía y si me quieren abrir un expediente que lo hagan».
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