ÁNIMO A LAS TROPAS. El primer ministro británico a su llegada a la base de Camp Bastion. / REUTERS
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Brown, en primera línea de guerra

El primer ministro británico viaja a la zona más conflictiva de Afganistán tras conocer la noticia de la muerte de cuatro soldados el pasado viernes

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Por primera vez, un primer ministro británico llegó ayer a un frente de primera línea en Afganistán. Gordon Brown se desplazó por sorpresa al país asiático para dar apoyo y ánimo a sus tropas destacadas en la conflictiva provincia de Helmand tras conocerse la muerte, el viernes, de cuatro soldados británicos. El premier visitó primero Camp Bastion, principal base militar de Reino Unido en la zona, donde condenó las acciones de la insurgencia.

«Es terrible que los talibanes utilizaran a un niño de 13 años como terrorista suicida para matar a algunas de nuestras tropas. Estoy con las familias y con los amigos de los fallecidos», afirmó emocionado. El jefe del Gobierno británico hacía alusión a la muerte de tres soldados -dos del Comando 45 de los Royal Marines y otro del Regimiento de Logística- mientras participaban en unas operaciones de rutina contra los rebeldes. Otro militar, integrante también del Comando 45 de los Royal Marines, perdió la vida tras resultar herido por la explosión de un artefacto durante unas tareas de vigilancia, también en el distrito de Sangin en Helmand. Con estas bajas, asciende a 132 el número de uniformados británicos fallecidos en Afganistán desde el comienzo de las operaciones aliadas a finales del 2001.

Tras la visita a las bases, el primer ministro británico se reunió en Kabul con el presidente afgano, Hamed Karzai. En rueda de prensa conjunta, Brown afirmó que era «importante reconocer que la acción conjunta de Afganistán y Pakistán es esencial si queremos alcanzar la paz y la estabilidad en la región», porque la mayor «amenaza proviene de la frontera entre ambos países», donde se refugian miembros de la insurgencia talibán y de la red terrorista Al Qaida.

Varios países ya han anunciado que aumentarán el número de sus tropas en Afganistán, una de las medidas que para el presidente electo de EE UU, Barack Obama, supone una piedra angular para la lucha contra el terrorismo internacional. Por su lado, Karzai subrayó que su «prioridad» es que los nuevos contingentes se desplieguen en las zonas limítrofes con Pakistán, donde la presencia talibán es más fuerte. El presidente afgano dijo no tener constancia de recientes negociaciones entre miembros de su Gobierno y líderes rebeldes, aunque destacó que su Ejecutivo «está haciendo esfuerzos para alcanzar la paz».

EE UU enviará 3.000 soldados adicionales en enero, que se sumarán a los 31.000 que ya tiene desplegados en el país. Reino Unido, el segundo mayor país con presencia de tropas en Afganistán, pero los mandos militares han dejado claro que las fuerzas británicas ya están al límite y se oponen al envío de más efectivos.

Aunque 41 países tienen presencia militar en el país asiático, algunos miembros europeos de la OTAN, entre ellos España, no dejan que sus fuerzas operen en el sur y el este del país, donde se están produciendo la mayor parte de los combates con los talibanes y les prohiben participar en operaciones ofensivas.