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Las armerías cifran la caída de su negocio entre un 30% y un 40%

Las armerías han sido una de las primeras en notar la mala temporada al ver reducidas sus ventas de forma considerable, con pérdidas entre el 30% y el 40%. Según Fernando Fernández, de Armería Espada, «la razón es muy sencilla ya que si los cazadores no tiran, entonces no se vende cartuchería ni necesitan que se arreglen las armas, ni ropa, ni los preparativos. Todo ello se viene abajo y las armerías lo notan porque su negocio depende precisamente de todos esos elementos».

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Unos establecimientos que ya vieron reducida su capacidad de venta debido a la eliminación de los terrenos libres de caza, momento «en el que notamos un bajón muy grande de las ventas, ya que ahora el que quiera ir a cazar tiene que pagar por ello; es decir, ir a un coto privado y por supuesto cuando la economía va mal lo primero que hace uno es quitarse las distracciones».

Fernando reconoce que la caza es de un «deporte que precisa de un poder adquisitivo al que no todo el mundo puede hacer frente y que debido a ello ha perdido algo de fuerza, ya no es como antes y se nota en las ventas».