Cine de barrio
Si tuviera que salvar de alguna quema un programa de TVE (puesta en la tesitura de Lord Paddinton en el viejo anuncio: salvaría a mi mayordomo, mi taza de té y mi reloj de pared), escogería Cine de barrio. Por muchas razones. La principal, que me gusta. Pero, por si hay que justificarse, tengo más, como Groucho Marx (Estos son mis principios; si no te gustan, tengo otros). Si uno quiere saber qué cosas pasaban en España en los años 60, 70 u 80 no tiene más que echar un vistazo al programa. No me voy más atrás porque Cine de barrio no es La noche del cine español y el blanco y negro está casi vetado, aunque la primera película que se emitió cuando pasó a la primera cadena el 21 de octubre de 1995 (se había estrenado en la segunda el 10 de julio anterior) fue Nobleza baturra. Eran otros tiempos. Cine de barrio también ha evolucionado, aunque de manera gatopardiana.
Actualizado: GuardarSi se quiere saber a qué se dedicaba la gente, qué comía, cómo se vestía o peinaba, tenía hay que ir a Cine de barrio. No a Cuéntame que, pese a sus muchos méritos, alguna pata temporal ha metido (igual que para leer sobre la Inglaterra victoriana se va a Dickens o Thackeray, no a Sarah Waters). El reflejo de la época no sólo está en las películas, también en las piezas previas y sacadas con tan buen tino del baúl de los tesoros que es el archivo de RTVE. No creo que Paco Martínez Soria, Lina Morgan, Sara Montiel, Marisol, Gracita Morales, Isabel Garcés, José Luis López Vázquez o Manolo Escobar necesiten reivindicación alguna (Landa, que no tiene abuela, menos). Tampoco Carmen Sevilla o Cerezito, como ella le llama. De hecho, Cine de barrio está muy por encima de sus presentadores. De si cantan acompañados de un piano, de si meriendan o de si resultan caricaturescos (los imitadores lo tienen crudo con Carmen Sevilla porque es imposible esa forma de hablar pasada de vueltas). Da gusto ver gente sentada en una entrevista que no vende nada salvo sus recuerdos de la película. No tengo ningún pudor en reconocer que disfruto de Cine de barrio. Sí lo tendría en hablar previo pago de mis intentos de suicidio en un plató. Y luego hay quien se escandaliza por un suicidio asistido en la tele inglesa.