COMPLICIDAD. Ramos conversa con Raúl durante el último entrenamiento del equipo. / AFP PHOTO
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Los diez nuevos mandamientos de Juande

Apoyarse en Raúl, mejorar la defensa, trabajar la estrategia y tener voz en los fichajes son algunos de los principios innegociables del técnico manchego en su llegada al Madrid

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Desde el primer momento Juande Ramos ha dejado claro su ideario. Ha fichado sólo por medio año, le van a pedir la Champions, y no puede perder ni un minuto. Ganarse al vestuario, mejorar las prestaciones defensivas, trabajar las acciones de estrategia y acertar en los refuerzos invernales, son algunas de sus premisas innegociables. A modo de resumen, éstos serían sus diez mandamientos:

Respaldo de los pesos pesados. El manchego está respaldado por los pesos pesados de la plantilla. El hecho de trabajar con el mismo representante, Ginés Carvajal, que Raúl y Míchel Salgado, le permite entrar con buen pie en un vestuario jerarquizado.

Justicia. La suplencia de Iker Casillas ante los rusos fue sintomática. No porque el internacional vaya a perder la titularidad, pero sí porque supone un toque de atención simbólico a la plantilla. Juande quiere que todos se sientan útiles y ninguno imprescindible. Si detecta que alguien está mal o no se cuida, al banquillo.

Preparación meticulosa. Cuidarse al máximo. La preparación física exigente, la alimentación correcta y el descanso, son condiciones sine qua non para un buen rendimiento. Con Juande, los amigos de la dolce vita lo tienen claro.

Compromiso. A su juicio, el bloque se antepone a las individualidades. Sin solidaridad entre los compañeros, el éxito es inviable.

Mejorar las defensas. Nada más conocer su fichaje por el Madrid, el uruguayo Gustavo Poyet, ex ayudante de Juande en el Tottenham, aseguró que el técnico trabajará sobre todo en defensa. Exigirá que el sistema de retaguardia comience ya desde la presión de los delanteros.

Estrategia. Le obsesiona frenar la sangría de goles encajados a balón parado. Prefiere la defensa al hombre en córners y faltas laterales, pero siempre atendiendo a las cualidades de sus jugadores y de los rivales.

A puerta cerrada. Prefiere los entrenamientos a puerta cerrada. Para no verse vigilado, ni espiado, es partidario de que la prensa sólo pueda observar el primer cuarto de hora de la sesión, el calentamiento. Las acciones de manual deben de ser secretas.

4-4-2. Aunque no es amigo de sistemas cerrados, apostará en principio por un 4-4-2, en lugar del 4-3-3 más osado de Schuster. Quiere que los medios centros estén casi en paralelo, que las líneas se junten más, que Robben arranque con más espacios y que uno de los dos delanteros se retrase.

Convivir con la presión. Asume que con un carácter tan avinagrado como el de Schuster, en el Madrid es casi imposible trabajar. Aunque sea con evasivas responderá, sin enfrentarse a los periodistas, en cuanto lleguen las preguntas incómodas.

Controlar los fichajes. Aunque sólo ha firmado hasta final de temporada y el Madrid no quiera hipotecarse con sus decisiones, Juande espera que Mijatovic y Calderón le escuchen. Para el mercado invernal, propone un medio defensivo para reemplazar a Diarra -le gusta el marfileño del Tottenham Didier Zokora-, algún hombre de banda y todavía confía en Arshavin.