Mala perspectiva

El FMI volvió a enfriar las ya pesimistas expectativas sobre la evolución económica, después de que el grupo de expertos enviados por la institución a nuestro país rebajara sus previsiones cifrando en un 1% la contracción del PIB para el próximo año. Ni las políticas públicas de reactivación, ni la solidez exhibida por el sector bancario español han bastado ni para contener la recesión, ni para que el Fondo prevea una recuperación en un plazo razonable. Resulta tan evidente a estas alturas que los pronósticos de los distintos organismos se han visto rebasados por la realidad, como que esa falta de acierto ha de asumirse como una evidencia de la profundidad de las dificultades. De ahí que el Gobierno no deba desatender la advertencia del FMI sobre los riesgos que puede suponer para el desarrollo futuro de nuestro bienestar no poner ahora los medios para reorientar el patrón de crecimiento, un objetivo que no puede orillarse aun cuando su consecución se haya complicado sobremanera por los problemas a los que hay que tratar de poner remedio.