Segunda División B
Actualizado: Guardara mayoría de los aficionados amarillos que, tras visionar plácidamente el partido que el Cádiz jugó contra el Polideportivo Ejido, se han quejado por el mal juego, coincide con quienes, previamente, habían comentado que era el primero que ambos disputaban en la Segunda División. A partir del reconocimiento de la alta calidad de ambas plantillas y de los privilegiados puestos que los dos ocupan en la clasificación, estos benévolos cadistas habían llegado no sólo a la razonable conjetura de que eran los más cualificados para el ascenso, sino también a la arriesgada conclusión de que ya, prácticamente, se habían clasificado. El desarrollo del encuentro ha demostrado, sin embargo, que los dos son sólo eso: dos buenos equipos de la Segunda División B que aspiran seriamente al liderato, entre otras razones, porque acomodan su juego al de esta categoría donde, para lograr resultados positivos es necesario tener paciencia, aguantar hasta el final, trabajar hasta la extenuación, sufrir y aprovechar hábilmente las ocasiones propicias que se presenten -aunque sea en las postrimerías del encuentro- para marcar un gol. En nuestra opinión, este Cádiz posee varios jugadores dotados de una calidad contrastada, pero mientras se enfrente con equipos preparados casi exclusivamente para impedir un juego vistoso, será muy difícil que la demuestren. Por eso es casi inevitable que, hasta que no se haya asegurado la clasificación nos conformemos con ver ganar al equipo y con disfrutar contemplando cómo cada jornada aumenta la distancia con su inmediato perseguidor. Esto es lo que opina Pablo y otros muchos aficionados según los cuales, el único termómetro válido para evaluar la competencia de un equipo son los resultados. No es extraño, por lo tanto, que alimente la ilusión de presenciar un nuevo triunfo frente al Jaén para, después, soñar con el viaje a la Línea de la Concepción.