Cartas

San Bono de la Cruz

De tanto y tanto soplar su ideología ya suena a canto celestial. Puede sentirse dichoso Jose Bono que ha sido capaz de que su rojo atardecer nuble sus pensamientos, y bien alto le podríamos ahora decir: «tú ya no eres rojo sino un tormento».

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Se vio hace unas semanas, cuando intentó colocar una placa en el Congreso dedicada a Santa Maravillas de Jesús, en contra de su partido, lo que produjo su acercamiento al posicionamiento mas reaccionario de nuestros representantes. Este hecho ha dejado patente dos cuestiones fundamentales:

Primera, la no separación Iglesia y Estado (a pesar de que esta división de poderes esté regulada en nuestra propia Constitución) y, segunda cuestión, el interés que muestra por una de las víctimas de la guerra civil, legítimo por otra parte, si no fuera por su nulo interés por los millares de ciudadanos españoles que aún se encuentran abandonados en las cunetas y en centenares de fosas comunes.

La iniciativa de Bono no nos debe en ningún modo causar ninguna sorpresa, fueros muchos los que durante la transición tomaron posiciones en los partidos de izquierda, aún sin ser personas ligadas a estas formaciones durante la dictadura.

Gracias a ello, fue posible la transición, un movimiento histórico que en todo momento negó la ruptura con el régimen anterior. Los retratos de los señores Esteban Bilbao, Antonio Iturmendi y Alejandro Rodríguez Valcárcel , presidentes de las cortes franquistas siguen en el Congreso.

Mientras, los de Azaña, Companys, Alcala Zamora duermen en los almacenes, olvidados por los que dicen ser los representantes de nuestro pueblo.

Y ciertamente lo son, pero también es cierto que las ataduras de muchos de ellos con el pensamiento del régimen anterior son imperecederas y por degracia las del Presidente Bono no es una excepción.una excepción.

Pedro José Narváez Benítez y Juan Manuel Canle Durán. Cádiz