La maquinaria republicana se propone «parar a Obama» en Georgia
Los demócratas precisan el escaño que otorga el estado sureño para alcanzar la mayoría absoluta en el Senado
Actualizado: GuardarBarack Obama no estaba en las papeletas. Ni siquiera ha puesto un pie en Georgia. Pero era él, y no su compañero de partido Jim Martin, al que combatían ayer los republicanos en las urnas con el lema de «parar a Obama». Las presidenciales ya pasaron, lo que se jugaba era un asiento del Senado que requería segunda vuelta por no haber alcanzado ninguno de los candidatos el 50% que exigen las leyes del estado para zanjar la contienda. Y eso daba una segunda oportunidad a los conservadores más acérrimos que todavía están espantados con la noticia del primer presidente afroamericano.
«Estoy muerta de miedo», decía la víspera Patricia Mock a The New York Times. «Obama endeudará más al país. Impondrá una agenda socialista. Saxby Chambliss puede detenerlo». Se refería al senador republicano que venció a Martin el 4 de noviembre por cien mil votos, pero al que le faltó apenas un 0,2% de los sufragios para renovar su mandato.
Su escaño supone la única oportunidad de que los demócratas puedan alcanzar la mayoría absoluta que necesitarían para sacar adelante sus propuestas en el Congreso. De ahí que la maquinaria electoral de todo el país se haya vuelto hacia Georgia en las últimas semanas, con una descarga de pesos pesados.
En las legislativas del 4 de noviembre los demócratas sacaron 56 senadores, y cuentan con el apoyo de dos independientes que se les suelen sumar en las grandes decisiones. Necesitan dos más para alcanzar los sesenta que le dan la mayoría absoluta. En Minnesota, el demócrata Al Franken tiene puestas sus esperanzas en un recuento que cambie el resultado de los 215 votos por los que ha perdido. Una derrota de menos del 0,0075% que aún sueña con revertir. Si lo consigue, Georgia sería el último voto necesario, o el último cortafuegos, como se autodefine Chambliss. «Todos tenemos a Georgia en la mente», recitó el lunes Sarah Palin, parafraseando al cantante Ray Charles.
La estrella de Palin
Con Bush arrinconado y John McCain deslucido, la gobernadora de Alaska es la estrella del partido capaz de movilizar a las bases. Georgia es su oportunidad de brillar de nuevo y apuntarse los créditos de la previsible victoria republicana, así que no dudó en embarcarse en una gira de cuatro paradas con Chambliss para cerrar la campaña. «Que hayamos perdido unas elecciones no significa que hayamos perdido el rumbo», les alentó Sarah Palin. «Si queremos volver a liderar el país, tenemos mucho trabajo por hacer. Vamos a empezar mañana aquí en Georgia», dijo el lunes.
Los analistas coinciden en que para los republicanos ésta es también su oportunidad de reparar el ego herido por la derrota presidencial. Supondría una dosis de moral con la que recuperar la confianza en sí mismos.