María Loreto Mercedes. / R. C.
ESPAÑA

«Es tremendo lo que tardaron en sacarnos; fueron más de 40 minutos»

Una de las 18 supervivientes del accidente de Barajas critica ante el juez la demora de los equipos de rescate

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«Se lo comenté al juez y aún no me lo explico. Es tremendo el tiempo que tardaron en venir a rescatarnos pese a que el accidente se produjo en la cabecera de la pista y los bomberos lanzaron tres bengalas para alertar de lo sucedido. Calculo que fueron entre 40 y 45 minutos». Con gran entereza y las secuelas del siniestro bien visibles, María Loreto Mercedes, una de las 18 supervivientes del avión estrellado el 20 de agosto en el aeropuerto de Barajas, relató ayer ante los medios su comparecencia ante el juez, en la que destacó la demora de los equipos de rescate.

Su crítica no fue baladí porque Mercedes, de 57 años, es médica y está especializada en situaciones de catástrofes, lo que dio más crudeza a sus comentarios a la salida de los juzgados, donde también comparecieron otros dos sobrevivientes, Rafael Vidal, de 31 años, y José Alonso, de 44.

«Estoy viva porque no perdí la conciencia y avisé con la mano izquierda a los médicos. Tenía fracturas en la otra mano y ambas piernas y un neumotórax que me estaba asfixiando. Cuando llegaron les comenté que debían pincharme en la pleura. Si llego a estar inconsciente me hubieran dejado de lado y estaría muerta», reconoció. Una suerte que no tuvo su hija de 23 años, que perdió la vida en el siniestro. «Es lo que peor llevo», señaló.

En silla de ruedas por las heridas de las piernas, María Loreto criticó, además, el diseño de la pista donde se produjo el siniestro por estar al lado de «una vaguada de cinco metros de desnivel, un río y una arbolada», denunció que los controladores aéreos no se percatasen antes del impacto del avión y cuestionó por qué Spanair presionó para que el aparato saliese, pese a que el piloto había detectado un fallo en la sonda que mide la temperatura exterior.

«Algo no iba bien»

Mercedes subrayó que cuando comenzó el segundo intento pensó que el comandante iba a abortarlo de nuevo porque «algo no iba bien, pero cuál fue mi sorpresa que el avión tomó pista, cogió velocidad y se levantó del suelo. Inmediatamente comenzó a virar a estribor y babor hasta que nos chocamos», detalló.

Otro de los testigos, José Alonso, que perdió a su mujer, una hija y otra más quedó gravemente herida, prefirió no hablar ante los medios, mientras que Rafael Vidal, el tercer testigo en comparecer, sólo dijo que no se produjo ninguna explosión.