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La apoteosis de un astro arrogante

El portugués Cristiano Ronaldo gana el Balón de Oro a Messi y a los españoles Torres, Casillas, Xavi y Villa

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Lo que era vox pópuli desde hace meses se anunció de madrugada, como si fuera el mayor de los secretos. Cristiano Ronaldo, la estrella del Manchester United por la que suspira desde hace tiempo el Real Madrid, fue galardonado con el Balón de Oro de France Football y se convierte en el tercer portugués que lo recibe después de Eusebio y Luis Figo, tras la votación del jurado formado por periodistas de 96 países. El sucesor del brasileño Kaká, octavo esta vez, recibió 446 puntos y superó con claridad al argentino Lionel Messi, del Barcelona (281 puntos), y al delantero madrileño del Liverpool Fernando Torres (179).

Este preciado galardón, discutido por no pocos especialistas convencidos de que se lo merecía algún integrante de la selección española que se coronó campeona de Europa este verano, recompensa un excelente año del luso con su club. Ganador de la Champions y de la Premier con el equipo conducido por Alex Ferguson, el portugués sumó un gran instinto goleador a su repertorio de regates y fintas, al finalizar como máximo anotador de su Liga (31 goles) y de la Copa de Europa (8).

El histórico gol de la victoria que marcó Torres en la final de Viena ante Alemania (1-0) y sus 24 dianas con el Liverpool en su primera temporada en Inglaterra nada pudieron hacer ante el mediático portugués, como tampoco el oro olímpico de Messi. Curiosamente, hace unos días el Niño fue distinguido como mejor jugador de la Premier por sus compañeros.

Quien menos se ha sorprendido por el Balón de Oro concedido a Cristiano Ronaldo fue el propio astro portugués, que desde hace tiempo no tuvo reparo alguno en proclamar a los cuatro vientos que se merecía el galardón individual más preciado del mundo. A sus 23 primaveras, el astro de los Red Devils dice haber madurado en el año de su consagración.

Tras marcar 42 goles la temporada pasada y ganar la Premier y la Champions con el Manchester United, recibió más elogios que nunca y fue deseado por el Real Madrid. Encantado con la propuesta blanca, dio el paso de afirmar, sin ambages, su deseo de viajar hasta el Bernabéu. Pero el influyente Alex Ferguson le convenció de que, al menos por ahora, era preferible seguir en el club inglés que tantas alegrías le ha dado y permitido volar alto.

Al habilidoso atacante y temible goleador sólo le falta un título con Portugal, con el que fue finalista en la Eurocopa-2004 y cuarto en el Mundial-2006 pero este año defraudó en el torneo continental que conquistó España. Sin embargo, se tomó la revancha y superó a los españoles Fernando Torres e Iker Casillas y al argentino Lionel Messi en la lucha por la distinción que cada año otorga la revista gala France Football.

«Hay dos o tres jugadores que merecen el Balón de Oro. Pero si ven lo que hicieron cada uno la pasada temporada, yo creo que hice más que ninguno. ¿Qué más tengo que ganar para lograr el Balón de Oro y el trofeo de la FIFA?», decía hace poco más de un mes el portu firmaba un contrato millonario de cinco años con uno de los grandes de Europa, el Manchester United. Luciendo el número 7 que acababa de dejar David Beckham, el joven portugués no tardó en conquistar al público de Old Trafford y al seleccionador de Portugal, Luiz Felipe Scolari, que lo convocó por primera vez en 2003, con 18 años recién cumplidos. En Manchester, su progresión fue enorme y pronto se convirtió en pieza clave y emblema del club, aunque sus detractores critiquen su falta de consistencia y su exceso de confianza.