«Yo hubiera quitado la referencia expresa a la Iglesia Católica»
Fue uno de los siete artífices de la Constitución Española. Retirado de la vida política y concentrado en su labor docente, Gregorio Peces-Barba repasa los avatares de aquellos convulsos días
MADRID Actualizado: GuardarGregorio Peces-Barba, diputado en 1978 por Valladolid y uno de los artífices de la Constitución, considera que la referencia a la Iglesia Católica, recogida en el artículo 16, que se hizo hace ahora treinta año era “absolutamente innecesaria”. Eso, dice, ha sido lo que les ha permitido evitar una cosa que el texto constitucional deja claro, como es el carácter laico del Estado. “ Y cuando digo les ha permitido, me refiero a la jerarquía”
Peces Barba recuerda estos días cómo se fraguó aquel grupo constituyente, en el que, en un principio, el PSOE iba a estar representado por él mismo y por Alfonso Guerra. El reajuste posterior que se hizo para dar cabida a Alianza Popular, nacionalistas y comunistas, y la negativa de UCD a renunciar a sus tres representantes, obligó a los socialistas a prescindir de la presencia de Guerra.
Alejado de los avatares de la vida política y sorprendido por la “inexplicable actitud de una parte de la clase política” tras su paso por el el alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Peces-Barba explica que la forma del sistema electoral fue el último aspecto que se consensuó de la Constitución, aunque el más difícil fuera el relativo al estado de las autonomías, del que dice: “Yo creo que quedó bastante bien, si no nos lo desgracian ahora”.
Respecto a la tan traída y llevada reforma del texto, el antiguo rector de la Universidad Carlos III, cree necesaria una regulación de la sucesión a la corona para igualar al hombre y a la mujer, una reforma del Senado que le otorgue el carácter territorial que debería tener (“y que los senadores no sean elegidos por provincias”), la inclusión de alguna referencia a Europa, una descripción de las Comunidades Autónomas (“para que nadie tenga la tentación de moverse de ese mapa”) y, finalmente, una reforma del sistema electoral. “Hay que lograr un sistema electoral más justo, que represente mejor la voluntad de los ciudadanos, porque en estos momentos hay una sobrerrepresentación de los nacionalistas.
Desde su despacho del campus universitario de Colmenarejo, en Madrid, rememora la dificultad de unos meses en los que ETA hacía todo lo posible por evitar una transición pacífica a la democracia y de otra oposición, más larvada, representada por una militares que en poco tiempo adquirirían el calificativo de golpistas.
Hace treinta años “había que hacer prevalecer el interés general, y hacerlo desde el olvido. Ahora bien, una vez consolidado éste, hay que recordar y volver a la memoria”. “No podemos olvidarnos de esos miles de personas que fueron o ilegalmente juzgadas o asesinadas”, dice.
¿Orgulloso de la hazaña? Gregorio Peces-Barba recurre a las palabras que pronunciara el autor del Código Civil, Alonso Martínez, y concluye: “Por alago de la fortuna nos tocó estar ahí. Quien, como dicen en mi pueblo, se encampane, por hacer hecho aquello, mal le irá”.