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Benítez Reyes glosa la conjunción de la vida y la obra de Quiñones
El escritor roteño afirma que «una autobiografía» hubiera resultado «una excelente novela» en manos del homenajeado autor gaditano
Actualizado: GuardarLo sabemos, pero nunca viene mal repetirlo. En Fernando Quiñones resultan difícilmente disociables vida y obra, tanto como incompatibles su vida y la muerte. Por eso es acertado el criterio con el que la Fundación ha entreverado en este IX Seminario Fernando Quiñones, que se celebra en Chiclana desde el pasado lunes y hasta la tarde de hoy jueves, y que conmemora el décimo aniversario de su aparente ausencia, con ponencias centradas en su vida a la par que son ponencias centradas en su obra, resultando todas, al cabo, mixtas.
La tarde empezó en la vida por la biografía escrita por Amalia Vilches que Alianza Editorial acaba de publicar, y continuó con un poeta, Felipe Benítez Reyes, que reconoció lamentar que Quiñones no hubiese escrito la biografía del propio Fernando Quiñones. Y es que, como dijo éste; en fondo y forma, una autobiografía hubiera resultado, con todo lo que de ficción tiene la memoria, una excelente novela en manos del autor gaditano, creador de Las mil noches de Hortensia Romero, entre otras obras.
Puestos a integrar, también discrepó Benítez Reyes con quienes en la obra de Fernando guardan fronteras nítidas e impermeables.
Así, ante la disyuntiva de si narrador o poeta, recordó el escritor de Rota que «la prosa de Fernando Quiñones se ilumina de continuo con fogonazos poéticos y su poesía se vale de recursos narrativos», que dan excelentes frutos y que, alejándolo de la lírica al uso, aparta a Fernando de aquellos poetas con los que, siendo de su generación, no forma grupo. La apuesta poética de Fernando es otra modernidad, una modernidad que, al decir del ponente que visitó ayer el Teatro Moderno de Chiclana y que reunió a más de una treintena de personas en el público, hará que el tiempo juegue a favor de la obra de Quiñones.
Con esta porosidad entre vida y obra de fondo, Rafael Benítez Reyes no pudo no referirse también a la afortunada concurrencia en la literatura de Quiñones al lenguaje popular (sustrato de su literatura, que no literatura popular), y del lenguaje culto. «Un tópico, que es una gran verdad».
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