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Corbacho activa el diálogo social en comunidades autónomas y municipios
El ministro creará el Consejo General del Sistema Nacional de Empleo en el primer trimestre de 2009
Actualizado: GuardarLa misión de luchar contra el paro en estos momentos de crisis no es competencia exclusiva del Gobierno central. También las comunidades y los ayuntamientos tienen que implicarse y, para ello, en el primer trimestre de 2009, el Ejecutivo creará el Consejo General del Sistema Nacional de Empleo, un ámbito de debate y negociación territorial, en el que participarán las organizaciones empresariales y los sindicatos.
El anuncio del nuevo órgano y el reto lanzado a autonomías y municipios corrió a cargo del titular de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, durante una conferencia pronunciada en el Club siglo XXI. El ministro añadió que el Consejo estará asistido por una comisión técnica de directores generales en la anhelada reforma del antiguo Instituto Nacional de Empleo (INEM). Los cambios deberán conseguir un sistema eficaz y eficiente que case ofertas y demandas laborales, a la vez que recoja las auténticas necesidades del mercado y de las empresas y atienda de manera personalizada a cada uno de los parados.
Corbacho insistió en que «estamos atravesando el contexto socioeconómico más cambiante, imprevisible y novedoso desde hace más de 30 años». Por ello, una de las primeras tareas del Consejo será abordar la mejora y la potenciación de los servicios públicos de empleo. El fin perseguido es que la burocracia y los trámites innecesarios no obstaculicen la generación de colocaciones.
El Consejo «es una iniciativa complementaria a las conversaciones emprendidas con empresarios y sindicatos, que en ningún caso superpondrá ámbitos de actuación», añadió el ministro. «Muy al contrario -continuó-, se trata de ver cuál es la mejor concreción en cada territorio de las medidas surgidas en el seno del diálogo social».
En su intervención y pese a que no mencionó siglas concretas, se refirió veladamente a la postura del PP, a su juicio, basada en la descalificación sin fundamento. Reiteró que la discrepancia es «legítima», así como determinadas opiniones ante una medida de diseño erróneo, pero «esa crítica resulta perversa si se hace sin tener en cuenta su posible eficacia». «Es una conducta irresponsable», lamentó.