La falta de gol y de entrenamientos terminan por hundir al Portuense
La derrota ante el Melilla fue demasiado abultada y además pierde a Velázquez, Sanlúcar e Iturralde por sanción
Actualizado: GuardarEl Melilla inflingió ayer un duro castigo a un Portuense cuyos problemas económicos y falta de entrenamiento quedaron reflejados en el marcador al margen, un domingo más, de la falta de aciertos de la delantera rojiblanca. Los visitantes se hicieron con un abultado y merecido triunfo. El Portuense al menos debió tener la recompensa de algún gol en la segunda mitad, donde Dorronsoro se erigió en el gran baluarte de los melillenses al detener todo intento rojiblanco.
El Melilla jugó muy cómodo, ayudado en jugadas puntuales por el colegiado de turno, que incluso se sobrepasó en sus comentarios con los decaídos jugadores locales, de los que tanto él como el linier próximo del banquillo local se mofaron sin piedad. Las tarjetas las sacó a su antojo y dejó al Portuense en cuadro para el desplazamiento a Linares, donde Velázquez, Iturralde y Sanlúcar no podrán estar al cumplir su ciclo de cinco amarillas.
El Melilla comenzó dominando el partido ante un Portuense que reservaba fuerzas para la segunda mitad, pero que se vio sorprendido con dos goles en contra antes de irse al vestuario.
Penalti en contra
El dominio visitante de los primeros 15 minutos quedaron atras para equilibrar el juego. Pasada la media hora, llegaría la primera jugada crucial para los locales, al ser derribado Andrés Ramos dentro del área local, en un penalti que con saña decretó Pérez Vidarte. Migui se encargó de convertirlo.
Era el día del Melilla, al que todo le salía bien. Chota enganchó un centro chut desde el lateral izquierdo a falta de un minuto para el descanso, que ante la sorpresa de propios y extraños se incrustó en la red. El 0-2 era como una losa para los locales, que se fueron al vestuario muy tocados.
La segunda parte comenzó con un disparo de Abel al travesaño cuando sólo llevaban 33 segundos de reloj. Está visto que la suerte, al margen de otras muchas cosas, no está aliada con el conjunto de Ferri. El Melilla se dedicó a tocar el cuero, esperando que su rival se fuese arriba para sorprenderle a la contra. El Portuense con corazón sacó fuerzas de flaqueza, obligando a Dorronsoro a convertirse en el héroe de su equipo. Sacó balones inverosímiles en la mismísima línea de gol, con una mano, algunos con la suerte de cara. Las de Armada o Diego Ramírez bien pudieron haber entrado. El Portuense se fue apagando, mientras el Melilla, en los minutos finales, bien pudo haber incrementado su diferencia.
Las cosas se empiezan a complicar para un Portuense que sigue colocado en puestos de descenso. El equipo acudirá el domingo, muy mermado por la falta de efectivos, al terreno de un Linares que va para arriba.