ERC se ofrece al Gobierno para superar el veto del Senado a los Presupuestos

Esquerra Republicana de Catalunya está dispuesta a convertirse en la tabla de salvación de los Presupuestos Generales del Estado en el Senado. Cuando todo parecía empujar a la formación independentista hacia un veto que devolvería las cuentas públicas al Congreso, con la reprobación de la Cámara Alta, su portavoz parlamentario, Joan Ridao, dio un requiebro que en términos contables ayuda poco al Gobierno, pero simbólica y políticamente puede servirle para eludir un revolcón.

Ridao explicó su posición con una crítica a los partidos catalanes que, como Convergència i Unió e Iniciativa per Catalunya, ya han anunciado su voto negativo. A su juicio, la posición de ambas formaciones obedece más a «politiqueos» que a razones prácticas. «El veto -apuntó- favorece al Gobierno». Es cierto que si los republicanos se sumaran a este carro, el Ejecutivo se ahorraría tener que destinar dinero extra a partidas que cree suficientemente cubiertas, no tendría que negociar con nadie y las cuentas sufrirían una mácula que luego el Congreso se encargaría de borrar con su aprobación definitiva.

En todo caso, las enmiendas que ERC puso ayer sobre la mesa de negociación del PSOE exceden notablemente la cuantía de que hasta ahora decían disponer los socialistas para amarrar apoyos. Costarían más de 1.200 millones de euros. El Ministerio de Economía dio un margen que no supera los 30. Aún así, tras una reunión con su homólogo, José Antonio Alonso, el portavoz de la comisión pertinente, Francisco Fernánez Marugán, y la número uno en el Senado, Carmela Silva, en la que también participó el representante de la Entesa, Carles Bonet, Ridao dio por hecho que existe voluntad de acuerdo. «Entiendo que no ha sido ninguna mascarada», dijo.

La partida de la que Esquerra hace auténtica bandera es la de la Dependencia. Para la que pide 800 millones de euros más. Sostienen que la memoria económica de la ley estrella de José Luis Rodríguez Zapatero en la pasada legislatura ya se ha quedado obsoleta. Ridao recordó que, en su día, el Ejecutivo la presentó como el «gran icono social» y como un «auténtico yacimiento de ocupación» que iba a permitir emplear a miles de personas. «Parece que el Gobierno quiere hacer un enfoque financiero de la crisis con avales a bancos y cajas por importe de 150.000 millones de euros, vamos a darle la oportunidad de imprimirle un giro social a su gestión», insistió.

Como muestra de que no va de farol, aseguró además que estaría dispuesto a conformarse con menos, pero reclamó negociación. Sus propuestas están ahora en los despachos del Ministerio de Economía. De ellos debe llegar una respuesta antes del lunes próximo, que es cuando la dirección de la formación catalana dirime sobre el asunto. Para presentar el veto o las enmiendas, tiene hasta las seis de la tarde de ese mismo día.

Conversaciones

De momento, los republicanos son partidarios de mantener conversaciones hasta el final. «Algún otro grupo pretende poner una piel de plátano a ERC para que resbale -comentó su portavoz en alusión a CiU-; pero no lo va a hacer». Los independentistas son conscientes de que ahora tendrán que hacer frente a la presión de quienes en Cataluña consideran que es una aberración negociar nada con el Gobierno hasta que haya un acuerdo sobre financiación autonómica. Pero Ridao se mostró dispuesto a pagar el precio. «Si nosotros tenemos oportunidad de conseguir recursos para alguna partida, lo vamos a hacer», se defendió.

Cabe incluso que no presente veto pero sí enmiendas a la mayoría de los apartados para tener aún más margen de actuación. Los vetos se votarán en comisión la primera semana de diciembre pero, según sus cálculos, no saldrán. Después los presupuestos pasarán a pleno que es donde, de verdad, se decidirá todo.