Luis Ángel Rojo y Margo Glantz abren el Simposio de la Fundación Goytisolo «Que nadie se haga ilusiones: la crisis durará varios años»

Básicamente fue un problema de oferta y de demanda. El público demandaba literatura, pero Luis Ángel Rojo, ex gobernador del Banco de España durante ocho años, les ofertó economía. La conferencia del Académico de la RAE en el Simposio de la Fundación Goytisolo fue una síntesis de la obra de sus maestros de referencia: desde los primeros moralistas del Renacimiento, hasta John Maynard Keynes, pasando por Stuart Mill y Adam Smith. Aunque el título previsto para la conferencia era Descubrir la literatura, Rojo sólo se refirió a autores que no eran economistas tras una pregunta de Luis Goytisolo. «A mí es que, de novela en general, me ha gustado todo», afirmó, para puntualizar después sus preferencias por Stendhal, Balzac, Proust y los escritores ingleses del XIX o los americanos del XX.

El Simposio se inauguró oficialmente con la ponencia de Margo Glantz, a la que asistieron la delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado y Marieta Cantos, Vicerrectora de Extensión Universitaria de la UCA, entre otras autoridades. La escritora mexicana desgranó en su aplaudida intervención las complejas relaciones entre vida y literatura, que se enredan «hasta que ambas pierden sus fronteras». «Mi biografía -afirmó- incluye también mi existencia en los libros, todo tipo de libros que para mí fueron fundamentales». Era inevitable. La palabra crisis apareció en el primer minuto de la intervención de Luis Ángel Rojo, ex gobernador del Banco de España y ex asesor del Banco Central Europeo. «Voy a responderles a lo que quieran, pero no me pregunten cuándo acabará la crisis, porque no lo sé», advirtió. No obstante, en cuanto terminó la conferencia -que pareció un simple protocolo-, retomó el tema: «Que nadie se haga ilusiones, la crisis durará varios años». Rojo afirmó que «aunque las medidas que se están tomando parten de la buena voluntad, llegan muy tarde», e insistió en que «la economía financiera puede comenzar a recuperarse dentro de un tiempo, pero la economía real tardará mucho más, porque está en una situación lamentable».

Finalmente, «aún a riesgo de pecar de inmodestia», el economista admitió que «ya en el año 2000 avisé al Banco Central Europeo de que algo así sucedería, porque estábamos en el mal camino». Entonces sí se atrevió a dar su receta: «Que los bancos tomaran reservas, porque el exceso de crédito era evidente. Me miraron como si estuviera diciendo algún dislate. Eso de guardar para tiempos peores...»