ALMUERZO. Imagen de uno de los congresistas en pleno 'catering'. / FRANCIS JIMÉNEZ
CÁDIZ

La otra cara del congreso

Los representantes de las empresas especializadas en seguridad marítima aprovechan los descansos para conocer lugares emblemáticos de la ciudad

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La puesta en escena del congreso Internacional MAST ya es por todos conocida, pero ¿qué sucede cuando, a las seis de la tarde, se apagan las luces del Palacio de Congresos y los stands se quedan vacíos? Pocos se preguntan por esa logística que también necesita un arduo trabajo de planificación.

Las más de 400 personas que dan vida al evento de seguridad marítima que se celebra por estos días en el Palacio de Congresos de Cádiz se alojan en los siete hoteles de mayor lujo de la ciudad, como son el Parador Hotel Atlántico, Playa Victoria, Tryp Caleta, Puertatierra, Senator, Barceló y Las Cortes.

El pasado miércoles 12, día que se inauguró este certamen anual, la organización (Evolotionary International Events, una empresa inglesa), invitó a los participantes a una cena de bienvenida en el Parador Hotel Atlántico. Una completa velada que incluyó un espectáculo en vivo de flamenco a cargo del grupo Aires de Cádiz. «Terminamos exhaustos porque la jornada fue muy larga, pero mereció la pena porque la cena estuvo muy animada y sirvió para conocer la cultura y gastronomía de Andalucía», explicó a este medio José da Silva, representante chileno de Thales.

El personal del evento permanece en Palacio de Congresos de 9.00 a 18.00 horas, de manera que no tiene mucho tiempo para conocer Cádiz. «Cuando salimos estamos cansados de estar todo el día de pie, pero hoy (ayer) que no tenemos nada programado para la tarde-noche aprovecharemos de manera particular para visitar lugares del casco antiguo, aunque yo ya he venido en siete ocasiones a Cádiz por negocios con Navantia», confiesa José Olleros, jefe de ventas venezolano de Raytheon.

Detrás de cada stand, en bambalinas, un catering ofrece bocaditos y refrescos a los relaciones públicas de cada firma con el objeto que puedan aguantar las maratonianas sesiones. «Tenemos frigoríficos para guardar la bebida y mucho café para mantenernos despiertos», cuenta María Charles, trabajadora francesa de Thales.

Ayer la Armada invitó a los altos cargos militares a un almuerzo a bordo del buque Castilla, anclado en el puerto de Cádiz con motivo del congreso.

Por la noche, la organización invitó a los directivos de las cuarenta empresas a una cena VIP en las bodegas Terry del Puerto. El resto de empleados de las reconocidas firmas aprovecharon para visitar algunos lugares del centro, como la Catedral, la plaza de las Flores y la Alameda Apodaca, con la agencia local de turismo Emisan, según anunció Tracy Skinner, del departamento de prensa de Evolotionary International Events.

Algunos directivos de comunicación españoles de estas empresas internacionales especializadas en el sector marítimo, como Adolfo Aguilar, han visitado el congreso un día, de manera que no han pernoctado en la ciudad. «Yo vengo de Madrid en viaje relámpago con que no necesito alojamiento, pero me hubiese gustado porque la playa es muy bonita», dice.

Hoy, una vez que el congreso sea clausurado a las 14 horas, la mayoría del personal viajará hasta Madrid para tomar rumbo en avión a sus residencias habituales.

El próximo año, en Estocolmo, Suecia, la historia se repetirá y muchos volverán a reencontrarse», como dice José Olleros. «Lo importante de estos eventos son los contactos que se hacen».