Tribuna

El Primer Centenario de la Constitución del 12 y Pelayo Quintero Atauri

HISTORIADOR Actualizado: Guardar
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Cádiz y España se van acercando poco a poco a una de las conmemoraciones más significativas de su Historia contemporánea, a uno de los momentos sin duda esenciales en su pasado reciente: el Bicentenario de las Libertades, la celebración de los doscientos años transcurridos desde aquel 1812 en que Europa, desde este ángulo sudoccidental, se dotó, por vez primera, de una Constitución redactada desde, por y para la Libertad. Y tuvo que ser en una Cádiz asediada, cercada, en la que la Libertad prendiera en forma de texto constitucional, para convertirse en una llama que nunca dejaría de arder en nuestros corazones.

Ahora que en nuestro horizonte brilla la conmemoración del Bicentenario, queremos tener presente la continuidad de este espíritu constitucional, una continuidad forjada mediante la combinación de trabajo cotidiano y de hitos referenciales. En este sentido, quizá uno de los más destacados hitos en este progresivo camino de la Libertad, que es a su vez un camino de progreso, sea precisamente el representado por la conmemoración del I Centenario de la Constitución de Cádiz, allá por 1912, cuando por vez primera se celebrase la Fiesta de la Libertad en la ciudad que la viera nacer.

Para conocer mejor el contexto de dicha conmemoración, es necesario comprender la realidad cultural de la Cádiz de principios del siglo XX, el marco en el que se forjaron los cimientos del edificio del Bicentenario. En dicho contexto, uno de los elementos singulares de imprescindible consideración es precisamente Pelayo Quintero Atauri, quien habría de ser uno de los directos responsables de la celebración del I Centenario, siendo además un personaje vehiculador y articulador de esta cita en la que se ha tratado de llevar a cabo una aproximación científica y divulgativa a la realidad del Cádiz de principios del siglo XX, aunando las perspectivas culturales, patrimoniales, históricas, artísticas y arqueológicas para conformar un perfil tan amplio como sea posible del singularísimo momento en el que se llevó a cabo la conmemoración del Primer Centenario de la Constitución.

Arqueólogo pionero en Andalucía, historiador, crítico de arte, docente, director de la Escuela y del Museo de Bellas Artes gaditanos, Presidente de la Comisión Provincial de Monumentos, director de la Real Academia Hispanoamericana de Cádiz, correspondiente de las de Historia y San Fernando, entre otras responsabilidades por él desempeñadas en nuestra provincia, Pelayo Quintero fue, sin lugar a dudas, uno de los más activos agentes de la realidad cultural de la Cádiz del primer tercio del ya pasado siglo XX.

Con tales precedentes es de constatar que con Quintero Atauri, natural de Uclés en la provincia de Cuenca encontramos nuevamente cumplido ese viejo adagio local relativo a cómo la gaditanía trasciende de la propia Cádiz: ciertamente los gaditanos nacemos, como el ejemplo de Quintero demuestra, donde buenamente nos parece, incluso fuera de Andalucía...

En este sentido y en el de su profunda relación con Cádiz, la ciudad y su provincia, una relación que se extendería a lo largo de toda la primera mitad del siglo XX, cabe destacar su completa entrega a las tareas de organización del evento en que se llegaría a convertir la celebración del Primer Centenario de la Constitución de 1812, un desempeño que habría de culminar, curiosamente, en fecha tan alejada del año del Centenario como 1929, cuando el mismo Quintero formase parte de la Comisión creada al objeto de recepcionar el Monumento a la Constitución, en la Plaza de España de Cádiz.

El objetivo en estas Jornadas, celebradas en el Museo Arqueológico Provincial, auspiciadas por la Oficina del Bicentenario de la Diputación Provincial de Cádiz, y que han contado con la participación de la Diputación Provincial de Cuenca y del Ministerio de Cultura del Reino de Marruecos, reuniendo a especialistas de tres universidades españolas y una marroquí, las de Cádiz, Sevilla, Castilla La Mancha y Abdemalik Essaadi de Tánger-Tetuán, ha sido el de acercarnos tanto a la Cádiz de principios del siglo XX como a la conmemoración del I Centenario de La Pepa, empleando como vehículo de aproximación a Pelayo Quintero, quien tanto y tan directamente tuvo que ver con ese precedente, ya centenario, de la actual conmemoración del Bicentenario.

Gracias a su esfuerzo, su trabajo y su cometido, como el de tantos otros gaditanos, las cosas, entonces como ahora, de seguro habrán contado y contarán con un mayor brillo.