Un tipo con suerte
Imaginen un tipo con suerte. Qué va: no le ha tocado el megabote de los euromillones ni le ha salido un hijo con la pierna izquierda de Messi. Lo que le ha salido es un trabajo. Temporal, por supuesto. Pero un trabajo con su nómina a fin de mes y su cotización a la Seguridad Social que le deje la posibilidad de cobrar el paro cuando todo se acabe. Que más o menos será cuando finalice el contrato.
Actualizado: GuardarDigamos que tres meses a razón de 1.000 euros cada uno. 3.000 euros, en definitiva A cambio, se lleva cerca de 10 horas de sol a luna, con su horita para comerse un bocadillo. Llega a casa a las diez de la noche, feliz de que su mujer le dirija de nuevo la palabra tras esos cinco meses en los que encajó reproches silenciosos; los que hacen más daño porque el insulto queda a la imaginación del que los recibe y uno siempre tiene muy mala idea para uno mismo. Ahora ella sonríe. Triste, claro. Aunque sonríe, demostrando que también está luchando (ella se ganaba hasta hace poco un dinero extra limpiando escaleras en un barrio adinerado donde los recortes han irrumpido por igual; se limpia una vez por semana y no dos) por sacar adelante su casa.
Tres meses más ganados a los malos tiempos. 90 días son acaso una limosna. Sin embargo, no serán tres meses en los que se irán consumando las prestaciones por desempleo. El contrato le sobrevino justo antes de que tocara la primera revisión a la baja y la cotización de esos 100 días de propina alargarán la ayuda completa del INEM. Nada de algo es algo: algo es mucho.
Dentro de un año o así, y sin mediar nuevos empleos, el subsidio irá derritiéndose y por supuesto que lo peor no es quedarse sin trabajo; ni siquiera cobrar el paro ni cobrar cada vez menos. Lo peor es no recibir ni un euro. Entonces sí llegarán los problemas. Ha visto en la tele que habrá destrucción de empleo hasta finales de 2010. Más le vale que no se alargue mucho más la agonía porque para entonces no habrá dinero para él ni para muchos de los 140.000 parados de la provincia.
Toda esta historia es ficción, excepto que hay 140.000 parados.