Emergencia
Hemos quedado en que el tiempo, más que distancia, es sentimiento, pero ambas cosas se nos van a hacer eternas durante la temporada prevista para superar la crisis. Los dos años que se calculan se nos van a hacer más largos que un día sin pan: exactamente como 730 días. En vista de eso y de lo que nos queda por ver se han adoptado medidas de emergencia. No se sabe si el Gobierno ha acudido a tiempo, pero está dispuesto a acompañarnos en el sentimiento.
Actualizado: GuardarSi los ministros de Economía de la Unión Europea han renunciado al equilibrio presupuestario, ¿cómo vamos a asombrarnos de que se nos tambalee todo, incluso nuestras convicciones? Es una buena noticia que los parados puedan aplazar durante dos años el 50 por ciento de sus hipotecas, pero sería mucho mejor que pudieran pagarlas. El ICO garantiza a los exangües bancos las cantidades retrasadas. Salvar de la ruina a esas entidades parece primordial.
Si la transfusión no es suficiente, la anemia bursátil puede dejarnos postrados, pero hay que tener en cuenta, incluso en cuenta corriente, que la hemoglobina es nuestra.
Lo peor son los parados, ya que hasta que se movilicen no volverán a funcionar las cosas razonablemente. El Consejo General del Poder Judicial prevé que durante el año que viene se tripliquen las suspensiones de pagos de las empresas. Los despidos con juicio llegarán a su máximo nivel histórico. A mucha gente trabajadora les dirá el jefe de personal:
-Le voy a dar una oportunidad para que sea algo en la vida: queda usted despedido.
Lo malo es que habrá muchos más despedidos que oportunidades.
¿Cómo ser optimistas sin ser definitivamente tontos? Quienes van al desempleo ni siquiera pueden tener compañeros de trabajo.