Editorial

Costes reales

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

a entrada en vigor de la directiva europea que obliga a las aerolíneas de la UE a informar del precio definitivo de sus pasajes con gastos e impuestos incluidos, sale al paso de una práctica que la mayor parte de las compañías habían adoptado ocultando deliberadamente en sus ofertas costes adicionales o suplementos de combustible para presentar a sus clientes un precio engañoso de los billetes. En los últimos años se habían multiplicado las denuncias contra compañías de aviación y agencias de viajes que comercializan pasajes, por anunciar vuelos y paquetes vacacionales en los que se indicaban precios inferiores a los reales y por informar de cargos adicionales en diminuta tipografía. La directiva está orientada a poner fin a un comercio basado en la publicidad fraudulenta en la que el cliente no se percataba hasta el ultimo momento de la compra de su billete de que al precio de oferta se iban sumando costes correspondientes a la emisión de los pasajes, incremento del precio de carburantes, tasa aeroportuaria o reserva de asientos. La reciente supresión de los billetes en papel sustituidos por el billete electrónico, un paso importante en el abaratamiento de costes y la eclosión de la contratación vía internet, había facilitado, sin embargo, la extensión de estas prácticas. El fenómeno se había ido imponiendo en paralelo a la llegada al sector de las compañías aéreas de bajo coste. Pero sería injusto no resaltar también la aportación de las low cost al abatatamiento y popularización del transporte aéreo y su decisivo papel en el replanteamiento de los modelos de gestión de las compañías tradicionales. Pero el equilibrio entre los intereses de las empresas y los viajeros requería una ordenación más rigurosa de un mercado en el que se multiplicaban los abusos amparados en un catálogo de sanciones desproporcionadamente bajas y que ahora el celo de las autoridades europeas deberá adecuar al perjuicio causado a los consumidores.