José Carlos Mainer cuestiona el valor y el uso de la juventud en la literatura
El catedrático de la Universidad de Zaragoza definió esta temprana etapa de la vida «como noción cultural» Destacó que «hay poetas que no tuvieron más que juventud» como en el caso de Federico García Lorca
Actualizado: Guardar«La exaltación interesada de la juventud ha caracterizado a los siglos XIX y XX», comenzó diciendo el catedrático José Carlos Mainer en su intervención de ayer en el seno del X Congreso de la Fundación Caballero Bonald. El profesor de la Universidad de Zaragoza abordó el tema de su conferencia, La juventud y la literatura, cuestionando el uso y el valor que se le ha dado a esta etapa de la vida a lo largo de la historia reciente y de la literatura.
Mainer se remontó a las postrimerías del XIX y albores del XX para explicar la evolución de la juventud «como noción cultural». Así, recordó «el protagonismo literario de la juventud durante el romanticismo» con obras como El estudiante de Salamanca, de Espronceda, o La educación sentimental, de Gustave Flaubert, a la que calificó como «una de las historias más hermosas sobre la bohemia».
«La crisis de valores de fin de siglo (1898) va a tener como consecuencia una apelación sistemática a lo juvenil», recordó el especialista aludiendo a varias publicaciones editoriales de la época enfocadas a este sector de la población. «Tras la primera Guerra Mundial la juventud adquiere un primer plano en la vida política», destacó.
Grupo del 27
Pero, sin duda, uno de los ejes de la intervención de Mainer en la mañana de ayer fue la referencia a la Generación del 27: «Es verdad que hubo poetas que no tuvieron más que juventud, como Federico García Lorca, aunque cuando murió ya no era ningún niño». Por otra parte, resaltó la creación literaria de otros componentes de esta famosa hornada de poetas y escritores, como Rafael Alberti, Pedro Salinas o Vicente Aleixandre: «Es en su madurez cuando alcanzan su verdadero valor a pesar de que seguían reivindicando su juvenalismo».
Otro de los ejemplos con el que José Carlos Mainer quiso ilustrar sus teorías fue el de Antonio Machado que, al contrario que la norma general, «no llegó a sentirse demasiado joven, le divirtió ser más viejo de lo que era».
Y para concluir su aportación a un congreso dedicado a reflexionar sobre lo que los próximos años depararán a la literatura, el catedrático se refirió a las décadas de los 80 y 90, la dinámica de lo juvenil y lo caduco. Mainer cree que «bien está la juventud pero habrá que saber qué usos ha podido tener».
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