La Comisión de Patrimonio aprueba el proyecto de reforma de la Casa Pinillos
El espacio museístico se destinará al Cádiz de los siglos XVIII y XIX y a su prosperidad comercial Es el último paso antes del inicio de la rehabilitación
Actualizado: GuardarLa Comisión de Patrimonio ha aprobado el proyecto del arquitecto Francisco Reina para la rehabilitación de la Casa Pinillos, uno de los pilares fundamentales de la esperada ampliación de las dependencias del Museo Provincial de Cádiz. El documento, defendido por Juan Alonso de la Sierra, «responde perfectamente a todas y cada una de las necesidades que habíamos planteado, puesto que es muy respetuoso con los valores históricos del edificio, a la vez que incluye elementos de cierta modernidad». Ahora sólo queda el que el Ayuntamiento apruebe la licencia oportuna para iniciar las obras, aunque la delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado, se mostraba confiada en que «un trámite formal de este tipo se resuelva en breve, sobre todo teniendo en cuenta la importancia de la actuación para la dotación de infraestructuras culturales de la ciudad».
El Plan Director del Museo detalla cómo se llevará a cabo la tercera y última parte de un plan de reformas que comenzó a aplicarse en 1980, y cuya finalización se espera (como casi todo) para los fastos de 2012. En ese ambicioso proyecto, juega un papel esencial la utilización de la Casa Pinillos como sede monográfica sobre la burguesía mercantil gaditana, en sus diversos aspectos. El Cádiz Romántico, próspero y cultivado, tendrá un nuevo espacio.
La planta baja se dedicará al análisis de las particularidades del espacio urbano y el ámbito doméstico, con un audiovisual que recreará una casa gaditana del XVIII (patio, escalera, aljibes y almacenes). El resto de la planta de dedicará a otros servicios, como recepción, portería y lavabos.
Tal y como se exigía en las bases del concurso de ampliación, la reforma de la Casa incluye la integración total en el inmueble de las actuales dependencias de la Fundación Carmen Pinillos, que tendrán acceso independiente por la calle Santiago Terry.
El entresuelo recogerá una amplia muestra sobre los negocios de ultramar, centrándose en aspectos como la relación entre el monopolio y el libre comercio, o las famosas navieras. También albergará los almacenes, despachos y otros servicios de gestión.
La Planta Principal estará destinada a exponer objetos relacionados con la vida familiar de la época, sobre todo ajuares domésticos y muebles. Además, habrá un apartado específico dedicado a las instituciones científicas y culturales que proliferaron en la ciudad en el siglo XVIII. Habrá piezas fundamentales de la escuela neoclásica gaditana, pintura romántica, abaniquería, cartografía, etc...
La azotea se utilizará como área de descanso, y también se plantea el uso de la magnífica torre mirador del edificio como punto de observación del espacio urbano que rodea el inmueble.
De esta forma, el imprevisto y rico legado de una familia gaditana, que no se conoció formalmente hasta 2005, se convertirá en un espacio expositivo de primer nivel, a escasos cinco metros del Museo.
Nuevo acceso
En cuanto la reforma del edificio principal, la gran novedad será un acceso por la plaza que se construirá en la entrada a la Escuela de Artes y Oficios. El patio, que toca el callejón del Tinte, se transformará en un bulevar desde las que se pasará a las nuevas instalaciones.
Todas estas obras se realizarán una vez que la actividad formativa pase completamente al Instituto Rosario y permitirán acondicionar un salón de actos, una sala de exposiciones temporales, tiendas, cafetería y servicios para los visitantes. Igualmente, esta nueva entrada por Tinte permitirá ordenar el tránsito hacia la zona de exposición permanente y colecciones estables, la conocida hasta ahora, ya reformada en las anteriores fases del plan.
El proyecto, en definitiva, posibilita modernizar y brindar un nuevo uso a las antiguas instalaciones de la Escuela de Arte, además de tener por fin un espacio desde el que impulsar actividades musicales y literarias, y añadir servicios de ocio impensables hasta el momento.
Un lujo que entra en su momento crítico, ya que el reloj marca la definitiva cuenta atrás hacia el 12.Tic, tac, tic, tac.dperez@lavozdigital.es