Arzalluz miente
Que Javier (Xabier) Arzalluz es un político polémico, provocador y, ¿por qué no reconocerlo?, inteligente, es cosa que sabíamos todos, pero que además falte a la verdad es algo que algunos intuíamos, pero que ahora ha quedado acreditado indubitadamente. En una reciente entrevista en un periódico nacional, ha realizado unas manifestaciones incompatibles con la verdad, o dicho de una forma menos elegante: ha mentido.
Actualizado: GuardarEn dicha entrevista, Arzalluz analiza la situación política derivada de la Constitución de 1978, y da su versión sobre el periodo constituyente y su posterior desarrollo. No hay nada más que contrastar el diario de sesiones del Congreso -en aquella fecha era diputado- con la entrevista publicada, y quedarán al descubierto las falsedades del ex-jesuita.
El entrevistador le pregunta a Arzalluz acerca de cuáles eran las cuestiones de la Constitución inaceptables para el PNV, y éste le responde que eran dos: la ausencia de reconocimiento del derecho de autodeterminación y las funciones de las Fuerzas Armadas. Ambas son rotundamente falsas.
Primera falsedad. Arzalluz afirma que para aceptar la Constitución « nosotros poníamos como condición sine qua non el derecho de autodeterminación ». Sin embargo el derecho a la autodeterminación fue introducido en el debate constitucional por el diputado de EE Francisco Letamendia, a través de una enmienda presentada al artículo 2 de la Constitución, siendo rechazada por 268 votos en contra, entre ellos los del PNV y el del propio Arzalluz, justificando el PNV su voto negativo « porque no era partidario de su constitucionalización », lo que evidentemente es contradictorio con la afirmación de Arzalluz. (Véase el libro El Partido Nacionalista Vasco ante la Constitución). El PNV se mostró expresamente en desacuerdo con introducir la autodeterminación en la Constitución. ¿Cabe mayor desprecio a la verdad de Arzalluz?
Segunda falsedad. Arzalluz dice que « El hecho de que las Fuerzas Armadas aparezcan en la Constitución como garantes de la integridad del territorio y del orden constitucional es intolerable ». Arzalluz demuestra desconocimiento -o quizá mala fe- con esta afirmación, ya que existen constituciones democráticas donde hay artículos semejantes a nuestro artículo 8 donde se definen las misiones de las FFAA, como es el caso del articulo 79 de la Constitución Austriaca. El PNV en ningún momento se opuso a la redacción del citado artículo 8, ni presentó enmienda alguna para la modificación, sustitución o anulación del mencionado artículo. No consta siquiera que el PNV tomase la palabra en el debate del artículo 8. Podemos afirmar sin margen de error que es absolutamente incierto que la redacción del artículo 8 fuera impedimento para que el PNV aceptase la Constitución.
Ninguna de estas dos cuestiones -la autodeterminación y la función de las FFAA- tuvo relevancia alguna en la decisión del PNV de abstenerse en el referéndum constitucional. La razón de dicha abstención la explicó el mismo Arzalluz en su comparecencia el día 31 de octubre de 1978 en el Pleno del Congreso, en el que se aprobó el texto definitivo de la Constitución, casi repitiendo las palabras del entonces presidente del EBB Carlos Garaicoechea en la Asamblea del PNV de tres días antes, donde se decidía la posición del partido con respecto a la Constitución, en el que declaró « al no encajar la concepción nacionalista de los derechos históricos en el texto constitucional, la respuesta lógica hubiera sido el no, pero iban a preconizar la abstención porque no queremos adoptar una actitud que fuera o pudiera parecer agresiva ante esa Constitución, ni negar las posibilidades que encierra ». ¿Miente o no miente el señor Arzalluz?
Tercera falsedad. Arzalluz expresa « Mi camino siempre ha sido la independencia los nacionalistas vascos veníamos a conseguir la independencia y decir lo contrario es querer ocultar las cosas ». Se olvida Arzalluz de las palabras de Garaicoechea en la mencionada Asamblea del PNV: « ha quedado claro que los diputados y senadores del PNV no han puesto en cuestión la unidad del Estado ». Y se olvida igualmente el señor Arzalluz de sus propias palabras cuando dijo en el Congreso refiriéndose al problema foral « su solución nos ayudaría a esta consolidación de la democracia, a esta formación solidaria de un Estado que por supuesto, es uno, y que todos aceptamos y estamos colaborando precisamente en esta tarea ». Quedó clara la aceptación de Arzalluz y de su partido la unidad del Estado. ¿O quizás Arzalluz mintió en su día con la finalidad de aparentar una falsa moderación?
Cuarta falsedad: Arzalluz manifiesta « Don Juan Carlos tiene una gran aureola, pero yo nunca lo acepté ni lo aceptare como Rey ». Sin embargo el Grupo Parlamentario Vasco presentó una enmienda, la 689, a la Disposición Final del Anteproyecto de Constitución en la que en su punto segundo se declaraba expresamente: « Se renueva el Pacto Foral con la Corona, manteniendo el Rey en dichos territorios los títulos y facultades que tradicionalmente hubieran mantenido sus antecesores ».
Sin entrar a analizar el arcaísmo de la propuesta que nos devolvía a no se sabe bien qué siglo, y en la que se reconocía al Rey unas indeterminadas facultades, a todas luces incompatibles con una Monarquía Parlamentaria moderna propia de un Estado de Derecho. Lo único que queda claro en dicha enmienda es el reconocimiento del Rey de España por parte de Arzalluz y del PNV como figura constitucional con facultades especiales sólo en el País Vasco. ¿Cómo se puede decir ahora que nunca aceptó al Rey después de haber propuesto tal enmienda? ¿Por qué se reunió Arzalluz con el Rey en Candanchú el 16 de abril de 1978 para reeditar el Pacto con la Corona si no lo aceptaba como tal? La única explicación razonable es la falta a la verdad.
¿Qué pretende Arzalluz con estas falsedades? Ha perdido la memoria o quizás otra cosa menos digna, pero por suerte para todos nosotros ahí está el Diario de Sesiones del Congreso, que puede ser consultado por todo aquel que tenga inquietud en conocer los engaños y falsedades del señor Arzalluz. Después se queja de que no le entendemos...