SEGUIDORES. Una persona, junto a la tumba de Lorca con un libro del poeta en la mano. / R. L. PÉREZ
ESPAÑA

La familia de Lorca baraja emprender acciones legales para evitar la exhumación de la fosa

El juez Garzón convierte las diligencias previas en sumario y gana tiempo para abrir una veintena de fosas

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El sobrino del poeta granadino Federico García Lorca, Manuel Fernández-Montesinos, informó ayer de que su familia baraja la posibilidad de emprender acciones legales para evitar que se produzca la exhumación de la fosa donde supuestamente se encuentran sus restos, después de que el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón lo haya autorizado a través de un acto hecho público el jueves que también permitirá abrir otras 18 fosas más distribuidas por distintos puntos de España.

Montesinos consideró que la apertura de la fosa de su tío «sería una profanación», ya que «allí se ha creado un lugar sagrado» -y «no en el sentido religioso», añadió- «donde va gente porque el personaje, su obra, su vida o su tragedia les conmueven y allí se sientan y lo piensan o recitan». En este sentido, el también portavoz de la comunidad de herederos del poeta, señaló que a la familia «no nos parece necesario exhumar -la fosa- para poder saber que los generales levantiscos eran unos criminales», después de que el magistrado se haya declarado además competente para investigar los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el Franquismo.

Insistió en que a «nosotros no nos tiene que convencer el juez Garzón de que Franco y todos sus congéneres eran unos asesinos que han tenido un régimen que han hecho de este país el culo del mundo durante 40 años» y consideró que «hay documentos suficientes para probar eso y llevarlo a cualquier tribunal». En cuanto a que la negativa de los Lorca a la exhumación pudiera entorpecer el deseo de los familiares de los otros enterrados junto a el poeta -el maestro de Pulianas (Granada) Dióscoro Galindo y los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas-, Fernández- Montesinos sólo dijo al respecto que «ahí hay un filo de navaja» y que en ese extremo, «habría que hablarlo y estudiarlo».

Por su parte, los nietos de Galadí y Galindo se mostraron ayer «muy satisfechos» y «emocionados» por la autorización de Baltasar Garzón para la exhumación de los restos de sus familiares. Nieves Galindo consideró que este es el «punto final» a una «lucha» que comenzó su padre y que ha contado en todo momento con la negativa de la familia de García Lorca. La nieta del maestro republicano incidió en que «no tenía razón de ser» una negativa del juez a la exhumación de la fosa que, a su juicio, no es una sepultura digna para su abuelo, sino una forma «inhumana», como «de animales», de enterramiento, por lo que, aunque algunas de sus hermanas prefieren que Dióscoro yazca donde lo hace ahora, llevará los restos, una vez identificados, a otro lugar «más adecuado».

El juez Baltasar Garzón reconvirtió ayer las diligencias previas contra el franquismo en sumario, triquiñuela procesal con la que gana tiempo y se hace con la iniciativa en la fase de recursos que se avecina. El fiscal jefe Francisco Javier Zaragoza quería presentar su recurso directamente ante la Sala de lo Penal y eludir así toda participación del magistrado. Ahora no podrá. Además, Garzón gana entre dos semanas y dos meses para poner en marcha iniciativas como la exhumación de los restos de una veintena de fosas comunes o la creación de dos equipos que deben localizar el paradero de más de 114.000 víctimas de la Guerra Civil.