Editorial

Ineludible coincidencia

La reunión entre el presidente Rodríguez Zapatero y el líder del PP, Mariano Rajoy, fue la demostración de que ante situaciones tan excepcionales como la grave crisis financiera, Gobierno y oposición tienen la obligación de realzar sus coincidencias por encima de las legítimas discrepancias que puedan enfrentarlos. Las dos exigencias expuestas por Rajoy, al abogar por que los fondos y avales previstos en los decretos del Gobierno lleguen a las pequeñas y medianas empresas y a las familias y al demandar la máxima transparencia y control sobre la gestión de los mismos, han de estar presentes de manera ineludible entre las preocupaciones del Ejecutivo. Hoy resulta prioritario recuperar la confianza del sector financiero y de los mercados mediante la aplicación inmediata de las iniciativas adoptadas por los mandatarios de la eurozona, lo que debería posponer para un segundo momento la discusión sobre el destino final de los fondos y de los avales. Pero es evidente que la confianza bancaria y bursátil no podrá restablecerse del todo hasta que las empresas de la economía real y los propios particulares perciban por sí mismos las ventajas de la actuación pública.

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El hecho de que el presidente y el líder de la oposición coincidieran en subrayar el papel determinante que ha de corresponder al Banco de España en la supervisión de tan compleja y voluminosa operación, y que Rodríguez Zapatero mencionara la posibilidad de una adecuación normativa al respecto, ofrece además un punto de partida propicio a sortear cualquier riesgo o sospecha de arbitrariedad en algo que parece preocupar a Rajoy y que pudiera ser objeto de polémica o suspicacias en los meses venideros: que sea el Gobierno quien decida unilateralmente qué títulos se adquieren, qué créditos se avalan, a quién y a qué precio. En estas circunstancias sería poco comprensible que la preceptiva convalidación parlamentaria de los decretos no acabe contando, el próximo lunes, con el voto favorable del PP. Entre otras razones porque la recuperación de la confianza en los mercados y en la sociedad depende del clima de consenso político que acompañe a tan importantes medidas, dado que la mera puesta en cuestión de su aplicación concreta o la proyección pública de prevenciones genéricas incidiría negativamente en su efectividad. Ayer, Rajoy deslindó la discusión sobre los Presupuestos Generales del Estado, cuya retirada solicitó, de la tramitación de los decretos de apoyo al sistema financiero. Esto, junto a la sintonía mostrada por ambos dirigentes en cuanto a la reanudación de los trabajos del Pacto de Toledo y en relación a las reformas estructurales que precisan los organismos reguladores y las normas de supervisión, no sólo contribuye a moderar y racionalizar la confrontación entre el Ejecutivo y el primer partido de la oposición. Brinda, además, posibilidades para alcanzar acuerdos entre ambos en cuestiones de interés general.