Navarra no se rompe, el PP sí
La decisión de UPN, tomada por abrumadora mayoría, de separarse del PP en la votación de los Presupuestos Generales presentados por el Gobierno socialista refleja la distancia que ya existe entre las dos formaciones, constata que los intereses locales de UPN no coinciden con los generales del PP y anuncia, con toda probabilidad, la inminente ruptura entre ambos, después de 17 años de matrimonio de conveniencia. Algunos miembros de UPN, sector PP, hablan ya de empezar a repartir carnés de los populares, a secas, en Navarra, de reconstruir un partido que se diluyó en UPN porque así se lo aconsejaron las perspectivas de triunfo electoral. Desde entonces, 1991 y salvo una leve pausa de Gobierno de coalición liderado por los socialistas de Otano, UPN no ha hecho otra cosa que ganar elecciones y gobernar en la Comunidad Foral. ¿Qué ha pasado para que se haya producido esta fractura entre partidos afines?
Actualizado: GuardarSe juntan factores arrastrados del pasado y otros más recientes. UPN tiene una genética vocación navarrista; su lema podría ser Navarra, lo único importante. Es verdad que esa defensa del navarrismo no se entiende fuera de la defensa de España, pero si lo primero es Navarra puede ocurrir, como ahora, que para defender los intereses navarros haya que enfrentarse con el PP, que tiene otros. Por su parte, el PP nacional ha decidido que el rechazo al proyecto presupuestario del Gobierno socialista es clave en su estrategia de oposición. Chocan dos intereses y objetivos distintos: defensa de Navarra versus estrategia de oposición.
Hay que recordar que durante la última legislatura la derecha política y la ultraderecha mediática española han martilleado a todo el mundo con la cantinela de que Zapatero había entregado Navarra a ETA, han aburrido con la matraca de que España se rompía todos los días por varios sitios a la vez. Esos mismos medios han puesto ya la diana en Sanz, que sufre en sus propias carnes parte de la medicina que antes veía cómo se administraba a otros. Estamos en puertas de una división en toda regla. Es posible que UPN no vuelva a tener mayoría absoluta y que esa precariedad abra la puerta a eventuales acuerdos de gobierno entre los navarristas y los socialistas navarros. Navarra no se ha entregado a ETA, España no se ha roto, pero parece que el PP se fractura en otra comunidad de la que depende la posibilidad de convertirse algún día en alternativa de gobierno