VARIEDAD. Una joven observa varias pantallas de televisión en un establecimiento. / REUTERS
TELEVISIÓN Y RADIO

La tele que viene

Los columnistas de LA VOZ analizan un futuro marcado por la eclosión de nuevos canales y múltiples pantallas

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¿Cómo será la televisión mañana? La digitalización multiplicará los canales, internet abre nuevas pantallas y se acabó el café para todos, por más que los formatos clásicos pervivan. Los cuatro columnistas de LA VOZ, José Javier Esparza, Rosa Belmonte, Juan Varela y Javier Martín Domínguez analizan un futuro que ya está aquí.

«Tal como está planteada, la televisión no deja de ser un medio por donde pasan los cambios y lo que hace es distribuirlos; y si el futuro es la TDT actual me vuelvo a las cuevas de Altamira, porque las digitales están llenas de call TV, es decir, de programas gritones, con el formato de televisiones locales», opina Rosa Belmonte. De momento, el futuro es repetitivo en la TDT, donde no se ve nada nuevo. «En Europa hay pocas cadenas que hacen algo creativo, Sky News en Gran Bretaña y algunas alemanas». Y es que las grandes generalistas abaratan presupuesto para llenar los nuevos canales digitales. Curiosamente, los guionistas de la Fox pueden acabar recurriendo a la huelga ante la falta de trabajo porque la sistemática de los realitys ya no exige guiones; y esa es la televisión a la que vamos, con repetición de iconos y menos inversión en programación y producción, con tertulia tras tertulia », explica Juan Varela.

«El futuro es la televisión a la carta, que con la capacidad de internet y el tubo nos va permitir llegar a casa y ver lo que queramos, pero yo creo que la televisión generalista que nos sirve para olvidarnos de los agobios del trabajo y satisface nuestras necesidades de consumidor va a seguir durante años», tercia Javier Martín Domínguez. «La función de niñera de los consumidores es la que primordialmente cumple la televisión de hoy, con estos programas de poco fuste pero que sirven para liberarse del cansancio diario. Hemos perdido los grupos, el folclore, el cantar juntos y lo que nos queda es que la televisión nos consuele un ratito sin obligarnos a pensar nada. Ese broadcasting que llaman los americanos, la televisión de mínimo común denominador, seguirá funcionando». Prosigue Martín Domínguez.

A la TDT le pasará como a la audiencia de los diarios. Los usuarios se inscribirán a uno u otro canal por una cuestión ideológica o del tipo de formato. Será, como dice José Javier Esparza, «una fragmentación de la cultura social, en la que cada canal se inventaría una tribu, lo cual en cierto modo es bueno porque hace que el mensaje televisivo esté orientado a gustos perfilados en lugar de cortarlos a todos por el mismo patrón».

¿Y las generalistas seguirán teniendo una audiencia mayoritaria? El futuro, tambien para ellas, se orienta hacia esa especialización. «De hecho Telecinco ya se está especializando en el ruido y la furia, con unas series que le permiten buena tarjeta de visita de calidad, mientras que el conjunto de la programación sigue gravitando entorno a ese otro eje. En el fondo Telecinco ya es semitemática», señala Esparza.

Otro signo de los nuevos tiempos, singularmente en España, es la trivialización de los contenidos informativos, opinan los comentaristas. «Son un reality más», dice Varela; «los de Antena 3 ya son magazines, y los de La 1 tienen una autopromoción constante», añade Rosa Belmonte.

Las nuevas generaciones ya no están en la televisión sino en un concepto más general . la imagen en múltiples formas. Los jóvenes no diferencian entre la pantalla del videojuego, Youtube, el wiffi o del móvil, frente a los más adultos, que «se sientan a ver la televisión». Es más, se convierten en productores a través de Internet.

En cualquier caso, el futuro más próximo pasa por la crisis. Y en tiempos difíciles, la gente se refugia en sus hogares. «De aquí a fin de año habrá mucha más gente viendo la televisión porque la crisis es fantástica para el medio», pronostica Varela.