El Xerez logra arrancar un valioso empate en Anoeta
El Xerez sacó un valioso empate en Anoeta contra una Real Sociedad muy motivada ante su público Esteban volvió a apostar por Álex Bergantiños en la medular y dejó a Antoñito en el banquillo
Actualizado: GuardarEl Xerez cazó en Anoeta un puntito muy valioso ante un rival correoso, dominador y nervioso, todo eso de manera correlativa en 90 minutos Y es que el conjunto azulino llegaba con la moral alta al feudo de la Real Sociedad, un campo que se podía tornar en complicado teniendo en cuenta que el conjunto txuri urdin llevaba dos encuentros perdiendo de manera consecutiva, en Liga y Copa.
La tarde anormalmente cálida en la localidad donostiarra y Esteban que se vio obligado a cambiar de inicio su esquema. Viqueira regresaba a la media punta, Mendoza retornaba a la banda izquierda tras perderse el choque ante el Levante y Carlos Calvo se aprovechaba de la baja de Pedro Ríos.
Por su parte, Lillo comenzaba con la presión ambiental en su contra. Los txuri urdin regresaban a Anoeta tras dos derrotas consecutivas e intentaban imprimir un ritmo frenético al partido. Tenían que ganarse a su público y para eso están los goles. Pese a que el Xerez no se achantaba frente a las embestidas de los vascos, la Real tuvo dos ocasiones que pudieron haber inaugurado el marcador, ambas con el mismo protagonista: Díaz de Cerio. El ariete donostiarra primero aprovechó una indecisión de la zaga azulina y no pudo rematar a puerta gracias a la rapidez de Martí Crespí. Segundo después, cabalgada por banda diestra y remate que despeja Chema a córner; demasiadas ocasiones desperdiciadas para un matador como él.
Pasaban los minutos, la Real se adueñaba del balón y el Xerez era un quiero y no puedo por intentar llegar a la meta de Zubikarai. A todo esto, apareció Chema. Marcos recogía el balón sobre la cal, dribló a Francis y su centro fue cabeceado por Estrada, que tuvo que ver como el meta azulino, con una fantástica palomita, le quitaba el primero de la tarde. Mientras Esteban hacía lo imposible para ordenar a sus jugadores sobre el verde de Anoeta, sus pupilos intentaban taponar las salidas en tromba de los realistas. El secreto estaba en el centro del campo, aunque la presión que ejercía el equipo ordenado por un conservón Lillo hacía imposible el juego del Xerez. La solución, los balones laterales. El Deportivo se aferraba al balón parado y fruto de una falta fue la única acción de peligro de los azulinos en la primera mitad. Viqueira bota un libre directo que apenas puede despejar el meta local, el rechace lo recoge Martí Crespí pero su lanzamiento es desviado a córner por Estrada.
La segunda mitad comenzó tal y como concluyó la primera. El Xerez perdía pronto cada balón y la Real intentaba controlar el esférico y cambiar el ritmo a través de sus media puntas. La zaga azulina ya sabe lo que es sufrir y dominaba la situación, excepto cuando las líneas se juntaban y Bergantiños y Moreno se convertían en dos centrales más.
Además, la experiencia es un grado y Esteban ya sabía cómo comenzar a matar el partido. La presión de los tres media puntas (Momo, Viqueira y Carlos Calvo) daba sus frutos y los movimientos de la Real se sucedían ya de manera previsible.
Cambios
Los minutos pasaban, pero quedaba todo un mundo y el míster azulino lo sabía. Pese a los primeros silbidos salidos de la grada de Anoeta, el Xerez debía poner aún más nervioso a la ya de por sí escuadra dirigida por Lillo. Pero visto lo visto, había que hacer cambios. Saltó Antoñito al terreno de juego y tenía ante sí 25 minutos para demostrarle a Esteban que también emplear su magia lejos del Municipal de Chapín. Pero no fue el sevillano precisamente el protagonista. Chema ya avisaba en la primera mitad y tuvo su momento en la segunda. Minuto 71 y la Real acelera, tanto, que el meta azulino tiene que hacer trabajo extra. Primero, en una doble ocasión de Díaz de Ceria. Buena intervención del alicantino que se esfuerza aún más un minuto después, ante un fuerte disparo de Necati.
El equipo donostiarra aceleraba sin remedio. Sólo un cuarto de hora por delante, la afición abroncando y el Xerez que intentaba buscar la salida a la contra con la velocidad de Momo. Un calco de los últimos quince minutos ante el Levante, sólo que en esta ocasión sin notar la inferioridad numérica. Los pupilos de Esteban tocaban y tocaban, con la intención de poner más nerviosa a la acalorada parroquia local. Los minutos tardaban en pasar, el conjunto vasco no quería acabar regalando un punto más en casa y lo daba todo por romper las gafas en el marcador. Mientras tanto, los azulinos no sabían como aplazar el temporal que se les avecinaba. Silva entró para cerrar el centro del campo y sólo quedaba la heróica.
Y la tuvo el Xerez. Último suspiro, córner botado por Momo y Moreno que prolonga en el primer palo sin que ningún compañero pueda llegar. Era el momento de dar la campanada, pero al final, las campanas, como el marcador, se quedaron intactas en una visita que el tiempo, y el resultado del encuentro del próximo sábado ante Las Palmas, dirá si fue buena o no para el conjunto azulino.
bfernandez@lavozdigital.es