Burgueña rechaza la última propuesta del Portuense para saldar su deuda

Las relaciones entre Manolo Lores, presidente del Portuense, y el que fuera el entrenador del ascenso, José Luis Burgueña, han terminado como el rosario de la aurora. Y todo debido al cese de Burgueña en la sexta jornada de la pasada temporada, cuando todavía le restaban la que estaba en curso más otras dos. El técnico denunció en su día al club por impago y ayer se producía un encuentro en un acto de conciliación donde no se llegaba a un acuerdo, por lo que, tampoco en la próxima jornada en Guadalajara, Alberto Ferri se podrá sentar en el banquillo.

Parece que Manolo Lores estaba convencido de que Burgueña aceptaría el ofrecimiento que se le hizo, donde se habla de plazas de garaje. Pero la parte demandante sólo acepta cantidad en metálico, aunque por debajo de la deuda pendiente.

El presidente habló en Onda Cero de lo dulce y agria que había sido la mañana tras el encuentro con los anteriores entrenadores Orúe, Perdigones y Burgueña. «La agria con Burgueña y la dulce con Orúe y Perdigones con los que se ha llegado a un acuerdo y se ha firmado. Burgueña no ha contemplado muy cariñosamente mi oferta, y como ha habido un desistimiento hemos aplazado la reunión para el día 24», comentó Lores, que pese a ello no descarta que Ferri se pueda sentar en el banquillo antes de esa fecha. «Es posible que no haya que esperar para llegar a un acuerdo con Burgueña porque yo directamente lo puedo arreglar presentando un aval, que es en lo que a partir de ahora me voy a centrar porque intentaré no volver a sentarme con este individuo».

Lores no dudó en enviar numerosas perlas al que era su amigo, José Luis Burgueña. «Eso pensaba yo, que era mi amigo. Ha sido amigo hasta que me ha chupado la sangre. La gente cuando comienza a chupar la sangre ya son enemigos porque mi oferta ha sido bastante espléndida, y no ha mostrado ningún atisbo de buena voluntad». Continuó el empresario diciendo que «ni en Segunda División se gana lo que éste señor ganaba conmigo porque se puso los honorarios que creyó conveniente, y a mí por ser demasiado bondadoso se me ha timado. Se lo debo porque está plasmado en un documento pero moralmente no considero deberle ni la mitad siquiera. La propuesta mía era de total garantía. Pensaba que eso lo iba a aceptar una persona cuerda», dijo Lores. «Lo que voy hacer en la Federación es conciliar lo que el me reclama en un aval bancario, pero desde luego lo pienso llevar a pleito porque no me considero bien tratado por su parte».