Los baches
N o se crean que se trata de un boquete en una calle o carretera. El bache en Cádiz, al igual que el Tabanco en Jerez, eran sitios donde se vendían vinos a granel procedente de los barriles que tenían montados en sus despachos.
Actualizado: GuardarEn Cádiz, estos locales llamados bache estaban ubicados normalmente en los barrios más humildes de la ciudad, y eran lugares con una clientela fija y fiel. Los vinos casi todos eran de Chiclana y en la mayoría de los casos se servían en los llamados botellines o bien en copas que les llamaban campanas.
En estos lugares no se servía café, ya que esto aumentaba la contribución del negocio, que pagaba como taberna de vinos sin tapas. Ello conllevaba que muchos parroquianos compraban en el almacenito del barrio cualquier maritata para acompañar su bebida, como podía ser una sardinita arenque del trabal o bien una cuñita de queso fresco de cabra. Y si la cosa estaba cerca de la plaza de abastos, un papelón de chicharrones acabados de hacer.
Las conversaciones entre los clientes del bache eran las más diversas, de asuntos de trabajo, de fútbol o de cualquier suceso de cualquier tipo que hubiese ocurrido en la ciudad. Por supuesto que de lo que nunca se hablaba en estos sitos era de política; entre otras cosas era que no existía en el país. El único partido que había, a ver quién era el guapo que se atrevía a criticarlo.
En algunos de estos sitios se jugaban al mus la convidá, pero en otros los dueños o encargados no lo permitían temiendo las discusiones. Era el lugar donde el hombre, una vez terminado su trabajo, frecuentaba hasta que las mujeres mandaban a los niños a buscarlos con aquella frase de: «Niño, llégate al bache y dile a tu padre que ya está la comida». Tampoco había móviles.