EL RAYO VERDE

San Antonio conection

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Un sms recorría los móviles de los dirigentes oficialistas del PSOE de Cádiz el viernes a mediodía. Decía algo así como «White Flowers for mayor», que traducido resulta -no hace falta saber inglés- Blanca Flores para alcalde, o alcaldesa. Horas antes, la candidata de una de las tres listas que el próximo jueves se someterán a la votación de los afiliados en la asamblea local había declarado a los periodistas su disposición a presentarse como cabeza de lista a la Alcaldía de la capital en las próximas elecciones municipales. A pesar de las carcajadas que la pretensión despertara en propios y extraños, las espadas están en alto en las bases del partido y en círculos cercanos o más o menos interesados en la política y el chismorreo.

El mensaje, un poco como en clave, parece salido de una CIA garbancera, al estilo de la TIA de Mortadelo y Filemón y para mí que ilustra el nivel de la «conspiración», que tiene tintes surrealistas. Hay quien me ha contado que fue llamado/llamada (y uso la redundancia para no desvelar el género, no por lenguaje no sexista) a capítulo por el secretario general local y principal aspirante, Federico Pérez Peralta, que quería preguntarle por su posición al respecto.

Dicha persona comprobó asombrado/asombrada que junto al «gran inquisidor» estaba... ¿uno de los que le había contactado para que se pasara a la disidencia! Impávido. Lo he comentado a otros militantes con gran extrañeza, porque me parecía una escena salida de una película de espías, pero me han dicho que por qué me asombro, que es muy probable, o seguro, que sí.

Ahora resulta que la vida partidaria no es tan aburrida , o borrega, como pensaba, y que es posible vivir emociones fuertes en los alrededores de San Antonio, que no tienen que envidiar a los sótanos del Kremlin, las escaleras del Vaticano o el Nueva York de Kubrick y su Eye wide shut póstumo, esta vez con Chiqui Pérez Peralta como prota, con Banca Flores y Paco Piniella intentando robarle el plano, y a su vez disputándolo entre ellos.

Bromas aparte, tampoco es para tanto. Nada que no ocurra en otros múltiples colectivos humanos y profesionales, en las cofradías, en los departamentos de las universidades, en las comparsas, incluso en las familias, sobre todo cuando las cosas van mal y no se ve un claro horizonte de que comiencen a remontar. Como sucede en el PSOE de Cádiz, descorazonado por la pérdida del poder y las escasísimas expectativas de recuperarlo.

La movida interna es, además, síntoma de vida. Sería un horror que a nadie en el socialismo gaditano le quemara la sangre la situación de punto muerto en que se encuentra el partido en la ciudad. Más en este momento en el que la inversión que han conseguido sus «mayores» en Sevilla y Madrid --la Junta y el Gobierno Central- va a ser la mayor que nunca ha concentrado la ciudad en mucho tiempo, y que difícilmente se volverá a repetir. No pueden dejar pasar la ocasión de protagonizarla, de recuperar el pulso y el discurso, de romper el antiguo cliché del abandono del PSOE hacia Cádiz.

Como tantas cosas en la vida, el gran tema es saber qué hay que cambiar y qué conservar. Resistir el Síndrome Iznogud («quiero ser califa en lugar del califa») pero también saber abrir las ventanas para que corra el aire. Ya lo sé que no es fácil, pero también que no se puede seguir sin afrontar indefinidamente.

lgonzalez@lavozdigital.es