«Me sobrecargo de tareas para que mis hijos noten menos mi ausencia »

Ser la coordinadora del equipo de un político (Javier Arenas) que recorre 2.000 kilómetros a la semana dificulta la tarea de ser una madre convencional. Si a eso se le une desempeñar importantes cargos como secretaria segunda de la Mesa del Parlamento de Andalucía o miembro de la ejecutiva regional del PP, la misión parece casi imposible.

Patricia del Pozo lo consigue «con mucho esfuerzo y disciplina» y, por supuesto, con ayuda: una empleada de hogar, su madre y su esposo, que también debe desplazarse a otras ciudades. «Nosotros nos coordinamos al máximo y hacemos una planificación muy medida para que, al menos uno de los dos, duerma siempre en casa con los niños».

Ella madruga para preparar el desayuno y las mochilas para el cole, además de para dar un empujón a la comida y al resto de tareas del hogar. «Yo sé que podía delegar más, pero me apetece cuidar de los mios y no me importa sobrecargarme sin con ello logro que mis hijos noten menos mi ausencia», apostilla. La tarea resulta ardua. Su cometido en el partido le obliga a viajar por Andalucía o a Madrid dos veces por semana. Y cuando está en Sevilla, jamás puede comer en casa, siempre tiene algún almuerzo de trabajo.

Flexibilidad

Patricia ama su trabajo, pero deja claro que no podría afrontarlo sin su marido ni sin sus hijos. «¿Si tuviera que elegir? Pues está claro que elegiría a mi familia, pero yo no soy una persona de decisiones extremas y creo que ambas cosas son compatibles, aunque está claro que siempre levantaría el pie del acelerador de mi trabajo», expone. Reconoce que la mujer tiene más fácil acceso al trabajo ahora que hace 25 años, pero lamenta que siga teniendo graves dificultades para conciliar su ocupación con la maternidad. «Tenemos que propiciar que las madres tenga un horario más flexible e, incluso, que pueda trabajar desde su casa en momentos de especial urgencia familiar», incide.

Valores

La parlamentaria del PP-A une a estas dos acciones un valor que califica de esencial: la educación. Pone el acento en la necesidad de que los niños aprendan que sacar adelante una casa es una responsabilidad compartida. «Todos estamos en el mismo barco y yo quiero que mis hijos vean a diario que su mamá y su papá trabajan fuera y dentro de la casa en igualdad de condiciones», explica Del Pozo.