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«No sólo intelectual, sino obrero»

Fidel Castro recuerda a los cubanos que el trabajo es la mejor fórmula contra la crisis

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La dura realidad acrecentada por los devastadores efectos de los huracanes Gustav e Ike debe imponerse en Cuba, aun a costa de malograr los sueños. Al menos eso piensa Fidel Castro. El histórico líder de la revolución arremete en su última reflexión contra algunos dirigentes que «sueñan realmente con satisfacer todas las solicitudes de pajaritos volando que la gente desea».

Cómo ha venido haciendo su hermano y presidente Raúl, invoca la necesidad de trabajar: «No ser sólo intelectual, sino también ser obrero, trabajar con las manos». En este momento se necesita mano de obra para el campo y para reconstruir viviendas e infraestructuras. Unos 100.000 jóvenes comunistas han integrado brigadas para cubrir la demanda.

Según el escrito de Fidel, el costo anual de energía es de 8.000 millones de dólares -5.780 millones de euros- y los ingresos por las exportaciones principales apenas alcanzan los 2.000 -1.450 millones de euros- sin cuantificar las de servicios, fundamentalmente médicos. La todavía máxima autoridad del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) relaciona el gasto con la «demanda desmedida de combustible» del Estado. «Reduzcan las actividades que ha pensado o soñado», recomienda.

Si los dirigentes deben rebajar sus expectativas, también deberán hacerlo los cubanos de a pie. Las aspiraciones a hacer turismo, viajar o tener un teléfono móvil han dado paso a la preocupación por llenar el frigorífico ante la falta de verduras, frutas, tubérculos, carne de cerdo y cordero ofrecida en los mercados privados y estales.

Los vientos huracanados se llevaron, junto a las viviendas, la mayor parte de las cosechas. La consecuencia inmediata fue que los mercados se quedaron pelados. La semana pasada, el Gobierno reguló dieciséis productos básicos en los 'topados' (mercados estatales) y obligó a mantener en los agromercados -atendidos por particulares y regidos por la ley de la oferta y la demanda- los mismos costos que antes del ciclón, lo que no compensa a los vendedores, que deben pagar hasta el 80% más de transporte por la subida de la gasolina.

Junto a esas medidas han llegado otras, como el incremento de las inspecciones para revisar precios y vigilar que no se realicen ventas ilegales. Los inspectores detendrán a los infractores y la especulación y el robo se castigarán hasta con cárcel. Los compradores tampoco se librarán de ser multados.

Ayer, el viceministro de Comercio Interior, Francisco Silva Herrera, reconoció al diario Granma que en agosto se comercializaban cinco millones de quintales de productos agrícolas y en septiembre sólo fue uno.