Un nuevo hospital contrarreloj
Actualizado: Guardara decisión de la mesa de contratación, formada por el Servicio Andaluz de Salud y la Zona Franca, de adjudicar las obras del nuevo hospital regional de Cádiz a uno de los dos estudios de arquitectos que optaban a la obra, el formado por una UTE de despachos nacionales encabezados por Juan Casariego y Fernando Cruz, se produjo ayer con dos meses de retraso sobre lo previsto. Esta demora se decidió a causa de las dudas surgidas acerca de uno de los dos proyectos finalistas, el que planteaba construir una torre de 20 pisos y que incumplía el Plan General de Ordenación de la ciudad y, por tanto, las bases del concurso. Esta opción, en cuya elaboración tenía participación destacada un arquitecto ex-alto cargo del SAS, se consideraba la favorita, e incluso la consejera, María Jesús Montero, se pronunció a su favor. Sin embargo, finalmente ha resultado descalificada, como debe suceder cuando no se cumplen los requisitos del pliego de condiciones, que para eso está. Ha sucedido, por tanto, lo normal. Las leyes han funcionado, como debe suceder en democracia. A los ganadores les toca ahora la enorme obligación de no defraudar las expectativas. El edificio constituirá un nuevo equipamiento esencial para los gaditanos. La que sin duda será una de las más grandes obras que se aborden en la provincia, tiene que ser acelerada para cumplir los plazos, tras una azarosa tramitación, y en un nuevo contexto de crisis económica e inmobiliaria que dificultará, sin duda, su culminación. La Administración, y en especial la Zona Franca, habrá de dar la talla.