VUELTA DE HOJA

Primeras consecuencias

Con enorme clarividencia, las Fuerzas de Seguridad alertan de algo que ya habíamos notado todos los que andamos por la calle, aparte de permanecer bastante tiempo en casa: el auge de los delitos contra la propiedad. Al atenuarse, por culpa de la crisis, las modalidades de robo más conocidas, hay algunas gentes que han regresado a las tradicionales.

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Ya se sabe que hay personas que «por no tener, con oficios no debidos se mantienen». Otros lo hacen por tener más de lo que tienen, pero está probado estadísticamente que no abundan los millonarios que se dedican a abrir coches para robar gafas de sol o móviles.

Como hay que seleccionar entre los que se dedican a esas prácticas, el Ministerio del Interior aconseja una atención especial en Extranjería. Un inmigrante al que se le haya acabado el subsidio porque ha cotizado poco tiempo, se constituye en sospechoso preferente.

Quizá para compensar el aumento de la delincuencia callejera, ha disminuido el número de divorcios, con lo que se fomenta la vida hogareña, pero no hay que llamarse a engaño. Ambas cosas tienen el mismo origen: la falta de dinero.

Divorciarse es caro. Además exige un requisito que cada vez se cumple menos, que es haber contraído previamente matrimonio, cosa que también sale por un pico.