Terapia de goles
Xerez y Rayo olvidaron su falta de efectividad para dejar un abultado marcador El Deportivo mantuvo su buena imagen pese a los cambios que realizó Esteban
Actualizado: GuardarNo defraudaron. Tanto el Rayo Vallecano como el Xerez Deportivo venían avisando en este comienzo de temporada que el duelo entre rayistas y xerecistas se convertiría en el partido de la jornada en Segunda, y ni madrileños ni jerezanos faltaron a su cita con el juego ofensivo. Durante la previa se hablaba de dos equipos, de dos apuestas por el fútbol de ataque. Algo que se pudo comprobar durante unos noventa minutos interrumpidos hasta en seis ocasiones por la celebración de media docena de goles. Por momentos, el Xerez trató de convertirse en un equipo remolón que trata de aguantar el resultado, pero su instinto natural, unido a las ofensivas del Rayo, le hicieron acabar el encuentro buscando un cuarto tanto. Y es que a pesar de comenzar ganando, los de Esteban no se marcharon disgustados de Vallecas pese a llevar sólo un punto a Jerez, pues el resultado final plasmó a la perfección lo que fue un encuentro muy igualado, que dejó buen sabor de boca a ambos.
Cambios
La baja por lesión de Redondo y, sobre todo, las dos últimas derrotas ante el Salamanca y el Córdoba, provocaron una importante revolución en el equipo de Esteban Vigo. Lejos de mantener la base del ilusionante comienzo de Liga, lejos de dar entrada a Portela como recambio natural de Redondo, Esteban se presentó en Vallecas con importantes variaciones en el once titular. Las buenas sensaciones no le valían al malagueño, y el peso de los resultados hicieron que el preparador xerecista le quitara la careta ofensiva a un Deportivo que aparentemente salía con su versión más defensiva. El azulino adelantó a un hombre por línea, sacó a Vicente Moreno del centro de la zaga, sumó a Emilio Viqueira al ataque y uno de los principales perjudicados fue un Antoñito al que empujaron hacia el banquillo. En el once inicial sólo había dos cambios de hombres -Bergantiños y Crespí- respecto a la alineación que salió de partida ante el Córdoba, pero a ellos había que sumarle la variación de posición de otros tres jugadores -Moreno, Francis y Viqueira-. El dibujo del sistema también variaba levemente pues delante de la línea de cuatro conformada por Mendoza, Aythami, Martí Crespí y Francis, se colocaban tres jugadores muy unidos. Bergantiños y Moreno destruían y solapaban a Míchel y Diamé, para que Viqueira imaginara y creara. Por las alas volaban Pedro Ríos y Momo, quedando Calle como único delantero. Las apariencias decían que los de Esteban ofrecerían una cara más defensiva, pero el Deportivo no sólo frenó y le quitó la bola a un Rayo Vallecano que salió con la sexta metida desde el primer segundo, sino que fueron capaces de sorprender a la contra y de crear mucho peligro en la portería que defendía Cobeño.
El primer aviso serio lo dio Calle. En realidad habría que apuntárselo a un Pedro Ríos que fue una constante fuente de velocidad, regates, llegadas y centros. El jerezano se la puso en boca de gol a Calle, pero el delantero centro no llegó a tiempo para desviarla al fondo de la portería rayista. La siguiente la tuvo el propio Perico. El diestro sí sacó partido a un pase de cabeza de Calle y superó a Cobeño por bajo a pesar de estar escoltado por dos defensores. Pedro se desquitaba, materializaba su impresionante comienzo de temporada, marcaba con calidad, apuntaba al cielo y celebraba con sus compañeros el tanto que puso por delante a los xerecistas.
La fulgurante salida del Rayo le costó un gol, y a punto estuvo de costarle el partido, pues sólo un minuto antes del tanto de Perico, Emilio Viqueira tuvo una doble ocasión para incrementar la ventaja xerecista en el marcador. Otra vez fue Perico el que fabricó una jugada que el virtuoso gallego no fue capaz de superar. El interior diestro llegó a línea de fondo tras dejar atrás a su marcador, pero Viqueira no pudo superar desde la frontal la nube de jugadores que abarrotaban el área rayista.
Los hombres de Esteban se colocaron por delante en el marcador en el primer cuarto de hora, quince minutos que fueron de lo poco que se jugó durante la primera partes, pues los xerecistas repartieron en Vallecas el mismo veneno con el que el Córdoba le había tumbado siete días antes. A poco que les empujaban, pisaban, golpeaban, tocaban o casi sentían la mano del rival sobre su espalda, los azulinos se derrumbaban sobre el prado del Teresa Rivero.
Pero en la segunda parte vieron que ese no era el camino y los azulinos salieron del vestuario a jugar practicando ese fútbol que tantos elogios le ha proporcionado durante los primeros partidos de la temporada. Aythami, Calle y Viqueira ya habían probado a Cobeño antes de que se cumplieran los diez primeros minutos de la segunda parte. El canario remató de cabeza centrado una falta lateral, Calle intentó sorprender al meta rayista con una sutil vaselina que Cobeño sacó con las puntas de la manopla, y el derechazo de Viqueira no entró porque pegó en la cepa del palo. Se aparecían los fantasmas y los xerecistas volvían a sufrir otra vez con su talón de Aquiles, con su falta de gol a pesar de las ocasiones. Un mal que también había tenido el Rayo, pero que ayer subsanó, pues en la primera que tuvieron tras la reanudación, los de Mel empataron el duelo. Jofre recibía su primer balón tras abandonar el banquillo para suplir a Coke. El extremó se metió en el área, caracoleo con la izquierda y la puso fuerte en la escuadra con la derecha.
El tanto hay que apuntárselo a Jofre, pero el que revolucionó el partido fue Pepe Mel con sus movimientos desde el banquillo. Jofre, Pachón y Enguix le dieron otra dimensión a su equipo, e incluso lograron darle la vuelta al marcador, pues Pachón volvería a marcar al aprovechar un mal despeje de Chema, al que superó cuando se encontraba descolocado fuera de su portería.
La respuesta xerecista también llegó desde el banco, pues Antoñito y Bermejo saltaron al terreno de juego para tratar de recolocar un partido que el Deportivo había conducido bien. El sevillano participó en el tanto de Vicente Moreno, que recogió también un mal despeje de Cobeño para batirlo desde la frontal. El duelo había entrado ya en esa terapia goleadora que tanto requerían dos equipos que necesitaban un saco de ocasiones para que sus goles subieran al marcador. Desde el minuto setenta todo lo que iba a portería era gol. Pachón fabricó el espacio necesario para cargar la pierna y poner otra vez por delante al Rayo, pero Bermejo le dio la réplica un minuto después al rematar una gran jugada de Antoñito por la banda derecha.
El Xerez incluso pudo ganar, pero también pudo perder en los minutos finales, por ello Esteban, y prácticamente toda la expedición azulina, daban por bueno un punto que los deja exactamente en la misma undécima posición en la que se encontraba.
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