CINEASTA. José Luis López-Linares, ayer en el Centro Cultural Reina Sofía en Cádiz. / VÍCTOR LÓPEZ
Cultura

«Para ser documentalista te tienes que olvidar de la alfombra roja»

El realizador madrileño recibió el homenaje que cada año rinde Alcances a una figura del cine documental

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ni el haber firmado la fotografía de grandes películas del cine español (Fados, Calle 54, Pajarico, La Celestina...), ni el haber sido elegido por prestigiosos directores, ni tan siquiera el haber recibido un Goya o asistido a una reunión de trabajo en la casa de Scorsese en Nueva York hace que José Luis López -Linares (Madrid, 1955) se crea lo que realmente es: uno de los mayores realizadores que existen actualmente en nuestro país. Ayer recibía la Caracola Alcances como homenaje a toda su carrera. Tras toda una vida dedicado a la dirección de fotografía, hace cuatro años se empeñó en poner el cine documental en lo más alto y para ello creó su propia productora, Lopez-Li films.

-¿Cómo se siente al recibir el homenaje del Festival Alcances?

-Cuando me llamaron me hizo mucha ilusión. Además me sirvió para darme cuenta de que me había hecho mayor, que ya me daban homenajes (risas). Normalmente estás pensando en el trabajo y no caes en todo lo que has hecho. Ayer veía mi filmografía en el libro del festival y me sorprendió.

-Después de su larga trayectoria, ¿Con qué se queda?

-Es difícil elegir. Me quedaría con haber podido aguantar estos años haciendo documentales. Realmente es una suerte poder hacer lo que me gusta. Hago los proyectos que me interesan, y así es un gusto trabajar. De lo que estoy más satisfecho de mi carrera es de no haber hecho nunca nada que no me haya interesado.

Al lado de los grandes

-Ha trabajado con muchos realizadores como director de fotografía, ¿en esa labor conjunta ha tenido que aguantar muchas manías?

-Bueno, no mucho. Cuando un director me elige es porque ya conoce lo que hago y le gusta. Normalmente no interfieren en mi trabajo salvo alguna excepción. Luego ha habido otros con los que ha sido todo un honor y un placer trabajar como con Carlos Saura, que sabe mucho de fotografía y aprecia lo que hace. No suelen meterse en lo que hago. Durante los rodajes están muy ocupados en otras cosas.

-Ha mencionado a Carlos Saura con quien ha trabajado en Fados, Carmen, Pajarico ¿con qué otros directores le hubiera gustado trabajar?

-Volvería a trabajar con algunos como Saura o Trueba. Lo que pasa es que con la productora ya no tengo tiempo para irme diez semanas de rodaje porque tengo proyectos en marcha. Pero vamos, aunque me gustaba mucho lo que hacía con ellos tampoco lo echo de menos. Sin embargo, con Carlos con el que tengo una relación muy larga sería distinto. Si él quiere que haga con él otra película la tendré que hacer (risas). Aunque ahora el cine pasa un momento muy complicado.

-¿Y qué se puede hacer?

-En difícil. Se han probado muchas variables de financiación y no acaba de funcionar. El cine también tiene épocas. Ocurrió en Italia donde hubo una era inigualable y después un desierto, igual que en Estados Unidos con la década de los 40 y 50 que fue impresionante.

-En su último documental sobre la ampliación del Museo del Prado pudo contar con la colaboración de Fernando Fernán Gómez en una de sus últimos trabajos, ¿cómo le fue?

-Fue lo último que hizo antes de morir. Con Fernando tenía mucha relación porque había hecho varias películas con él e incluso un documental de su vida. Le pedí que me leyera unos textos de Pérez Galdós sobre unos cuadros y lo hizo a pesar de que ya estaba mal, incluso se nota algo en su voz. Le costaba algo memorizar pero lo leyó estupendamente como todo lo que hacía.

Velázquez al cine

-Y después del Prado ahora prepara otro proyecto sobre Velázquez, ¿se trata de una serie sobre arte?

-Bueno en realidad es que a través de la productora tengo intención de poner en valor el patrimonio español. Empecé con el Prado porque fue la primera idea que hubo sobre patrimonio cuando las colecciones reales pasaron a ser propiedad del pueblo español. Además quería que la gente viera que un documental sobre el Prado puede ser interesante y también divertido. De hecho está siendo records de ventas en la tienda del museo.Quiero que la gente vea lo que tenemos porque muchos vivimos dando la espalda a todo eso. Y dentro de esta idea, para mí Velázquez es el gran genio pero de él no hay nada, ni una película ni un documental ni nada. Es un proyecto ambicioso que quiero llevar fuera de España para que todo el mundo conozca a Velázquez de otra manera.

Festivales televisivos

-¿Cree que la falta de pomposidad de los festivales de documentales hacen que sea más difícil su supervivencia?

-Claro. Es más complicado que los otros festivales donde acuden actores que atraen a la gente y a la prensa. Aunque también esos están cambiando. Por ejemplo el festival de Málaga ahora invita más a actores de televisión que de cine porque ahora lo máximo es eso. Ya ni siquiera los actores de cine venden igual. Además, en los de documentales los directores normalmente se autoproducen por lo que tampoco tienen nada que vender. El documentalista Ken Burns decía que si quieres ser documentalista mejor es olvidarse de la alfombra roja.

-Para un proyecto de un documental para Airbus estuvo a punto de trabajar con Scorsese en un trabajo que al final se frustró, ¿llegó a conocerle?

-Sí. Estuve en su casa en Nueva York. Lo primero que me sorprendió es que al natural era más bajito (risas). Es escantador, muy italiano. Me entendí perfectamente con él. Le lleve mis ideas y le parecieron todas muy bien aunque, seguramente, estaría pensando en otra cosa (risas). Al día siguiente firmó el contrato y yo me puse a rodar pero cambió la dirección de la compañía y al final no se hizo. Pero vamos Scorsese me pareció un tipo muy normal. Por lo menos en su casa.