Livni tendrá que ver si es capaz de mantener la actual coalición de Gobierno o de encontrar apoyos para formar un nuevo Gabinete. /AP
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Livni gana las primarias del Kadima por un estrecho margen y sucederá a Olmert en el Gobierno israelí

Derrota por poco más de un 1% de los votos al ministro de Transportes, Shaul Mofaziene, y tiene la intención de formar un nuevo Ejecutivo en cuanto el actual presidente presente la dimisión

JERUSALÉN Actualizado: Guardar
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La ministra israelí de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, ha ganado las primarias del gobernante Kadima por un margen de poco más de un 1% sobre su rival más cercano, el ministro de Transportes, Shaul Mofaz. Este triunfo le permitirá optar a la sucesión de Ehud Olmert al frente del Gobierno, pero para ello deberá superar una larga lista de escollos y convencer al enjambre de partidos que ocupan escaño en la Knesset, el Parlamento de Israel.

Livni ha obtenido un 43,1% de votos sobre el 42% de Mofaz, y supera el mínimo exigido para que no haya que realizar una segunda vuelta, informaron hoy medios israelíes. La diferencia entre estos dos principales candidatos ha sido de tan solo 431 votos (16.936 para Livni y 16.505 en apoyo de Mofaz).

Las primarias han estado marcadas por una baja participación, ya que sólo han acudido a votar un 53,7% de los miembros del Kadima. En tercer lugar ha quedado el ministro Vivienda, Meir Shetrit, que ha logrado el 8,5% de los votos (3.327), y por último el titular de Seguridad Avi Dichter, que se ha hecho con el 6,5% de los sufragios (2.563).

Livni sustituirá al actual primer ministro, Ehud Olmert, al frente del Kadima y tendrá que ver en los próximos días si es capaz de mantener la actual coalición de Gobierno o de encontrar apoyos para formar un nuevo Gabinete.

La carrera para suceder a Olmert

Olmert, que se enfrenta a un proceso de destitución por supuestos casos de corrupción, ya había anunciado que presentaría su dimisión oficialmente ante el presidente Simón Peres en cuanto hubiera un nuevo líder en Kadima, con lo cual el Gobierno quedaría disuelto automáticamente.

El proceso de sustitución no será automático y la victoria de Livni no garantiza que se vaya a convertir en la primera mujer que encabece un gobierno israelí desde la histórica Golda Meir (1969-1974). Una vez que haya renunciado Olmert, y tras consultar con los líderes de los partidos, Peres encargará a un miembro del Parlamento -muy probablemente el líder de Kadima- que forme gobierno. En tal caso, el ministro designado tendrá 42 días para formar el nuevo ejecutivo y para someterlo a la aprobación de la Cámara.

En caso de que no prospere el gabinete que proponga Livni, se celebrarán elecciones generales en un plazo posterior de 90 días, tras el cual se reiniciará el proceso de formación de gobierno. Olmert permanecería como primer ministro en funciones hasta que la Knesset aprobase el nuevo gabinete.

En las actuales circunstancias, y dado la cantidad de partidos que influyen en la política israelí, muchos analistas consideran muy probable que se celebren elecciones anticipadas. Kadima sólo cuenta con una cuarta parte de los escaños en la Knesset. Sus rivales, algunos de los cuales están integrados en el actual gobierno de coalición de Olmert, están preparados para afrontar unas posibles elecciones legislativas que seguramente beneficiasen al actual líder de la formación derechista Likud, el ex primer ministro Benjamín Netanyahu.