Culmina un proceso que arrancó en las elecciones municipales de 2007
La Fiscalía y de la Abogacía del Estado defendieron que Acción Nacionalista Vasca desarrollaba una estrategia global de colaboración con la ya ilegalizada Batasuna
MADRID Actualizado: GuardarEl proceso de ilegalización del histórico partido ANV, que ha culminado este martes con el fallo del Tribunal Supremo, comenzó con el paso que dio el Gobierno en mayo de 2007 para impedir que 133 de sus candidaturas se presentaran a las elecciones municipales al considerar que estaban manipuladas por Batasuna.
Tres días después de que la Abogacía del Estado y la Fiscalía impugnaran esas listas, el Supremo las anuló, en una decisión que confirmó posteriormente el Tribunal Constitucional.
Con las candidaturas que pudieron concurrir a esos comicios locales, celebrados el 27 de mayo, ANV consiguió 387 concejales en el País Vasco, lo que le convirtió allí en la tercera fuerza política, y un centenar en Navarra.
Las intenciones de esta formación, que prácticamente ha permanecido "durmiente" desde que se inscribió en el registro de partidos en 1977, de participar en las elecciones generales del pasado 9 de marzo se frustraron con la presentación de las demandas de ilegalización por parte de la Abogacía del Estado y de la Fiscalía, 30 y 31 de enero respectivamente.
El 8 de febrero, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, ordenó la suspensión de sus actividades por tres años -también lo hizo del PCTV- al determinar su vinculación con ETA-Batasuna.
Aunque la Sala Especial del 61 del TS rechazó ese mismo día suspender su actividad, le impidió presentarse a las elecciones y acordó cortarle las subvenciones públicas mientras se tramitaba el procedimiento de ilegalización.
El 14 de abril el Supremo abrió el periodo de presentación de pruebas en el proceso de ilegalización tanto de ANV como del PCTV y las vistas se celebraron durante los meses de junio y julio.
Las alegaciones finales de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado tuvieron lugar los días 4 y 7 de agosto, respectivamente, y defendieron que las dos formaciones habían desarrollado una estrategia global de colaboración con la ya ilegalizada Batasuna, que incluye el apoyo a la violencia de ETA y la utilización de ambas por la banda armada.