CALLE PORVERA

Tienen derecho a saber

A pesar de que han pasado unos 60 años desde que acabó la Guerra Civil en España, muchas son las heridas que aún están abiertas. Hay familias que todavía buscan a los suyos, que esperan conocer qué fue de aquellos que un día salieron de sus casas -por su propio pie o a la fuerza- para no volver. Estamos hartos de ver en los informativos las investigaciones que se llevan a cabo en países como Argentina, Chile o Perú y las entendemos, vemos a las madres de la Plaza de Mayo y nos solidarizamos con ellas... Entonces, ¿por qué duele tanto que en España muchas familias quieran saber más de los suyos?

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Hay quien dicen que eso no es más que reabrir heridas que estaban cerradas, que siempre se está dando vueltas a lo mismo, que el pasado hay que olvidarlo y seguir hacia delante. Yo discrepo. La Guerra Civil aún es una herida abierta que sangra y mucho. Este país necesitará más tiempo para poder olvidar que durante 40 años vivió alejado del resto del mundo, que las torturas en las cárceles, las ejecuciones y los abusos eran una constante, que la guerra destruyó familias enteras que nunca volvieron a recuperarse, que el país se fragmentó en dos y que hubo hambre, demasiada hambre.

Aún viven niños de esa época, abuelos o bisabuelos, que todos tenemos en casa, y que nos recuerdan que ellos pasaron calamidades no hace tanto. Sus relatos nos acercan a una España gris que hay que recordar para no volver a cometer los mismos errores.

Los familiares de los desaparecidos -da igual de que bando fueran- tienen derecho a saber y no comprendo como a alguien puede molestarle que sólo busquen entender qué les ocurrió a sus seres queridos.