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«Todo se perdió»

Los vecinos de una provincia cubana arrasada por el 'Gustav', relatan su dramática vivencia

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«Todo se mojó, todo se perdió, nos van a dar forros para los colchones, pero mientras, aquí duermo, bajo las estrellas», confiesa Joandra Fuentes Camejo, de 64 años, con las lágrimas contenidas en sus ojos enrojecidos por el sufrimiento de ver su casa colonial sin techo, arrancado por la fuerza diabólica de Gustav. Ella, su esposo, su hija Ángela, de 35 años, y sus dos nietos de 29 y cinco años, permanecen bajo el armazón de madera. Entre todos han colocado aglomerados viejos y plásticos a modo de pared para proteger de la lluvia una de las pocas partes de la casa que no está a cielo abierto.

No son los únicos que intentan poner buena cara al terrible daño causado por este huracán en Los Palacios, uno de los ocho municipios de la provincia de Pinar del Río, por donde pasó el ojo del ciclón el 30 de agosto. Una semana después, las brigadas de electricistas y telefonía, barrenderos y centenares de voluntarios siguen trabajado sin descanso para despejar las vías y las calles, pero persiste un cuadro desolador.

Fidel Castro lo definió como «golpe nuclear», el título de su última reflexión. Efectivamente, ocho días después el paisaje ha cambiado en esta región, donde el verdor de árboles y montañas se impone incluso en los tiempos más secos. Conforme avanza la autopista, muchos árboles, tumbados como por efecto dominó unos sobre otros, enseñan enormes raíces. Las palmas se levantan como columnas, calvas, sin penachos de pencas ni cocos. Y 150 torres de alta tensión han sido dobladas como plastilina.

Emilio Triana, secretario del Partido Comunista del municipio, (cargo equivalente al de alcalde), y las funcionarias del PCC local Lázara Barrios y Marta Somonte explicaron que en su población el 79,3% de las 13.450 viviendas fueron afectadas y 6.608 fueron consideradas desastre total. En una de casas desoladas esperaba a que le entregaran tablas, chapas de uralita y clavos, Yaimí Enrique Román, de 30 años y con dos niños menores de seis años. La mujer lloraba, impotente, con sólo un pequeño espacio de unos cuatro metros cubierto donde tiene la cama en la que se apretuja con sus hijos.

Muchas familias perdieron los alimentos entregados en la cuota de agosto, por eso el Gobierno volverá a entregar el cupo de alimentos y durante seis meses los 38.000 habitantes del municipio recibirán un suplemento alimenticio.