La segunda juventud del vinilo
El Hotel Playa Victoria acogió ayer la Feria del Disco donde melómanos diversos vuelven a buscar joyas negras y brillantes
Actualizado: GuardarHabría estado bien que los Amigos del Disco hubieran previsto colocar una máquina de esas que da la vez en las carnicerías, pescaderías o fruterías. Al mediodía de ayer era casi una misión imposible abrirse un hueco entre los melómanos y enamorados del vinilo para curiosear entre las mesas, llenas de míticas glorias del mundo de la música.
«Esperamos que a lo largo del día pasen por aquí hasta 1.500 personas», explicaba Bartolomé Jaén, organizador de la Feria del Disco que ayer acogía uno de las salas de actos del Hotel Playa Victoria de Cádiz.
Quién le iba a decir a estas alturas que lo que nació como un pequeño encuentro para intercambiar discos entre amigos de su Córdoba natal, se convertiría en un negocio que lo lleva a recorrer media España.
Lleva doce años organizando este mercadillo en Cádiz y ya conoce a muchos de los que religiosamente acuden edición tras edición. «Bartolomé, este disco que me has vendido, ¿no estará rayado? ¿se podrá escuchar?», le preguntaba sonriente un comprador de San Fernando. Este cordobés destaca que hasta Cádiz se traslada mucha gente no sólo de la provincia sino de otros puntos de Andalucía en busca de rarezas, títulos descatalogados y, sobre todo, vinilos.
Resurrección
Porque ¿quién ha dicho que haya muerto? Al menos Bartolomé cree que sigue más vivo que nunca y su creencia la ilustra con un ejemplo: «En Mallorca, El Corte Inglés ha llevado a cabo un experimento. Comenzó a comercializar de nuevo discos de vinilo para ver cómo funcionaban. Al comprobar que fue un éxito en ventas, ahora en todos sus centros comerciales de España los venden.
Otro de sus compañeros, que ayer vendía vinilos y cd nuevos frente a su mesa, conversaba con una compradora que se asombrada por el precio de la mercancía. «Yo creía que esto del disco ya no funcionaba y estaban tirados de precios», apuntaba la señora mientras el vendedor le corregía: «No se crea señora, cada vez viene más gente para comprar vinilos y eso ha reflotado en el negocio».
El precio del éxito
Lo cierto es que eso del disco a tres euros sólo es un sueño para melómanos, el precio de los nuevos sin usar no baja de los 14 euros y eso, al parecer, ya es una ganga. Sobre el éxito y la recuperación del vinilo sólo hay que echar la vista atrás y recordar algunos establecimientos en la Navidad pasada. En ellos aparecía, no gran cantidad, pero sí un importante número de modelos de platos (ahora con puerto USB) para reproducir discos. Un producto del que cada vez salen más unidades a la venta, según Bartolomé.
La Feria del Disco permaneció abierta desde las once de la mañana hasta las ocho de la tarde, quizás un poco más, porque como apuntó su organizador a mediodía: «El cierre se retrasa siempre un poco con el último cliente que entra».
El próximo año, una nueva edición volverá a abrir sus puertas, o mejor dicho sus cajas de antiguos LP, CD, DVD de vidoclips, chapas... un suculento manjar para melómanos de todas las edades que asisten a la segunda juventud de lo que muchos daban ya por muerto: el vinilo.
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