Opinion

De 2008 a 1964

CALLE PORVERA En 1964 las chicas empezaron a vestir minifalda, Di Stéfano fichó por el Español y mis padres, apenas adolescentes, estarían tarareando todo el día la famosa Chica ye-ye, que fue uno de los éxitos musicales del año. Joaquín Prat empezaba por aquel entonces su andadura en la radio madrileña y Bahamontes ganó el Tour de Francia. Con aquellos doce meses nos unen muchas cosas que incluso conocemos los que entonces no habían nacido y desde este verano nos une una más: 450 personas fallecidas en la carretera, una cifra que puede parecer trágica -porque lo es- pero que, sin embargo, supone la constatación de que, con campañas más o menos agresivas de la DGT, los españoles empezamos a darnos cuenta de lo que supone llevar un volante entre las manos.

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Entre julio y agosto murieron en accidentes de tráfico 89 personas menos que en las mismas fechas de 2007. Nos han echo falta muchas vidas truncadas para saber que el alcohol, el cansancio, la velocidad o la llamadita del móvil son conductas mortales.

No sé si es el carné por puntos, la crisis económica -por aquello de no tener que pagar multas-, la multiplicación de los radares o la sensibilización verdadera. Lo cierto es que el motivo me da igual pero me alegro infinitamente de que esas 89 personas que nos separan de la cifra de 2007 disfrutaran de la playa, se reencontraran con la comodidad de la cama propia al volver a casa y hayan sufrido síndrome post-vacacional.

Hemos igualado el 2008 a los días en que las carreteras estaban llenas de seiscientos pero aún nos queda mucho que retroceder porque 450 familias están sufriendo. Ojalá en el verano de 2009 volvamos a las estadísticas de los coches de caballos.