Editorial

Mantenimiento insuficiente

El incendio registrado ayer en el generador eléctrico de la central nuclear de Vandellós II pudo ser reducido por la dotación de bomberos de la empresa cuya labor fue acompañada por el correcto funcionamiento de todos los sistemas de seguridad de la instalación, lo que impidió que el accidente tuviera consecuencias tanto en los trabajadores como en el medio ambiente. Sin embargo, de la gravedad de la incidencia da idea el hecho de que fuese activado el Plan de Emergencia Nuclear de Tarragona y que la central vaya a estar paralizada varias semanas hasta que se evalúen los daños que podrían implicar la sustitución del generador.

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La acumulación de incidencias en las centrales nucleares en los últimos meses y la reciente propuesta de sanción millonaria a la planta de Ascó por irregularidades en el mantenimiento, obligan a considerar que su proceso de conservación requiere un incremento de calidad y medios para evitar periódicas alarmas y minimizar los riesgos. La planta dispone de una autorización de explotación hasta 2010 y sus propietarios han anunciado su propósito de solicitar una nueva prórroga, en medio de la presión cada vez más acentuada de las organizaciones antinucleares. Pero para evitar un choque frontal de posiciones y una paralización que podría afectar a las necesidades energéticas del conjunto del país, los responsables de las empresas están obligados a reforzar los sistemas de mantenimiento ofreciendo las máximas garantías de seguridad y una política de transparencia informativa y explicación del origen de accidentes como el de Vandellós II que facilite la recuperación de la plena confianza en la seguridad nuclear.