VUELTA DE HOJA

Arte de elegir

A McCain se le reprocha que sea rico y a Obama que sea negro. Corregir estas cosas le será más fácil al primero. Ya que basta con que reparta sus millones entre los pobres de Harlem. Más difícil lo tiene el segundo, que no puede desprenderse de su epidermis. Quizá por eso ha elegido al curtido senador Joseph Biden como aspirante a la vicepresidencia. No sabremos si ha acertado hasta después de las elecciones, pero sabemos ya que Barack ha desoído el consejo de Napoleón, que lo primero que les exigía a sus colaboradores más íntimos es que hubieran acreditado que eran hombres de suerte. No ha sido una persona de buena estrella el veterano Biden. Su mujer y uno de sus tres hijos murieron en accidente de automóvil y él fue rechazado dos veces como candidato a la presidencia de los Estados Unidos.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Escoger a los colaboradores es muy difícil y por eso algunos políticos se han visto obligados a hacerlo entre sus enemigos. El sistema ofrece la ventaja de tenerles cerca para poder vigilar todos sus movimientos. Rodearse de adversarios evita la traición y, de paso, el favoritismo. ¿Por qué beneficiar a los partidarios y a los amigos más cercanos, si ya se cuenta con ellos? La táctica que depara mayores éxitos es atraerse a quienes militan o pueden militar en las filas contrarias. No es el caso del veterano senador propuesto, cuya incorporación está encaminada a reclutar a los votantes de Hillary Clinton, que se han visto un tanto chafados.

La lucha electoral entra en su fase más emocionante y sustituye oportunamente a la Olimpiada más espectacular de la historia. Son otras medallas las que se reparten, la mayoría en forma de moneda de curso legal, pero el buen pueblo norteamericano puede estar tranquilo: gane quien gane, el rico o el negro, Bush se habrá ido a su rancho.