Webs críticas con el poder siguen accesibles en Pekín, no así las que piden independencia para el Tíbet
La prensa que cubría los eventos deportivos de los Juegos Olímpicos ha trabajado sin problemas, pero no la que buscaba profundizar en temas políticos o sociales del 'gigante asiático'
PEKÍN Actualizado: GuardarLos Juegos Olímpicos de Pekín han llegado a término y la 'normalidad' regresa a China después de medallas, récords y espectaculares ceremonias. La cita olímpica iba a suponer cierto aperturismo en el régimen de partido único y, de facto, se registró algo más de liberta de prensa, con el desbloqueo de páginas web antes prohibidas y que hoy continuaban accesibles en Pekín -no así las pro tibetanas-, pero se desconoce si durará mucho. China es el país con más internautas de todo el mundo, con más de 250 millones de usuarios, pese a la censura oficial.
Páginas web de organizaciones muy críticas con el Gobierno chino, como Reporteros Sin Fronteras (RSF), Amnistía Internacional (AI) o Human Rights Watch, siguen estando accesibles en Pekín y Shanghai, aunque otras que apoyan la independencia tibetana, como Free Tibet, no han escapado a la censura del 'gigante asiático'. De hecho, RSF denuncia que persiste el bloqueo a una treintena de sitios informativos en chino y de organizaciones de defensa de los Derechos Humanos. Su propia web, y la de AI, nunca ha sido visitable en la región autónoma del Tíbet.
Ante las fuertes críticas de los periodistas que cubrían los Juegos, el Gobierno chino desbloqueó páginas de Internet "sensibles", como la de la cadena de radiotelevisión británica BBC. Otras no han tenido tanta suerte. Entre las webs que siguen bloqueadas están numerosos sitios de Internet que apoyan la independencia tibetana, tales como la citada Free Tibet o Estudiantes por un Tíbet Libre, organización con sede en EEUU que organizó varios actos de protesta en la capital china y que se saldaron con la detención de decenas de activistas (ver ficha).
También han sufrido el bloqueo páginas de uigures en el exilio (que reclaman la independencia de la región autónoma noroccidental de Xinjiang) y de la organización religiosa Falun Gong, prohibida en 1999.
La libertad, sólo para la prensa deportiva
RSF denunció ayer mismo, día de la clausura de los Juegos, la incapacidad del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, para hacer respetar la Carta Olímpica que establece que el deporte debe ponerse "al servicio del desarrollo armonioso del hombre, con vistas a animar el establecimiento de una sociedad pacífica, preocupada por preservar la dignidad humana". Rogge intervino ayer en la ceremonia de clausura, que calificó de “verdaderamente excepcional”.
Un a vez clausurados los Juegos, RSF ha realizado un balance negativo del respeto a la libertad de expresión durante su duración. "Aunque la mayoría de periodistas extranjeros han podido cubrir las pruebas deportivas en buenas condiciones, la policía, respaldada por voluntarios civiles, ha impedido muchas veces a los reporteros cubrir manifestaciones, o investigar sobre temas sensibles según el criterio del gobierno chino", denuncia el grupo.
"Como nos temíamos, los JJOO de Pekín han sido período propicio para las detenciones, condenas, censura, vigilancia y acoso de más de cien periodistas, bloggers y disidentes. El Comité Olímpico Internacional (COI) tiene una gran responsabilidad. Hacemos también un llamamiento para que, de ahora en adelante, la libertad de expresión sea uno de los criterios a la hora de conceder los JJOO a una ciudad candidata”, ha afirmado el secretario general de Reporteros sin Fronteras, Robert Ménard.
Detenciones y agresiones a periodistas y manifestantes
Las más altas autoridades chinas se comprometieron a defender la libertad de prensa. El propio presidente Hu Jintao declaró el 1 de agosto, ante los periodistas extranjeros, que su país iba a "facilitar el trabajo" de los periodistas extranjeros "antes y después de los Juegos". Varias medidas fueron tomadas en 2007 de cara a facilitar la labor periodística en Pekín, pero pueden suspenderse en octubre, tras la celebración de los Juegos Paralímpicos.
Sin embargo, al menos 22 periodistas extranjeros han sido agredidos, detenidos u obstaculizado su trabajo. Además, muchos se han quejado de la intervención de policías y voluntarios civiles cuando intentaban entrevistar a chinos. Una periodista asegura que al menos cinco de las personas que entrevistó fueron detenidas. A esto hay que sumar la denegación de visado para dos periodistas acreditados y para seis miembros de RSF o la negativa del Comité Organizador a comentar los incidentes relacionados con la libertad de expresión. China ya se defendió, de todos modos, de las críticas de Occidente.
En cuanto al derecho a manifestarse, el Gobierno habilitó espacios en Pekín para la reunión de manifestantes, pero denegó el permiso para las 77 manifestaciones solicitadas en la Oficina de la Seguridad Pública de Pekín y la policía detuvo a una quincena de chinos que solicitaron autorización autorización. Ante la imposibilidad de manifestarse libremente, varias organizaciones internacionales llevaron a cabo acciones callejeras sin autorización o celebraron ruedas de prensa en habitaciones de hotel. Más de cincuenta extranjeros fueron detenidos y después expulsados.