ARTE. Uno de los participantes en las jornadas da forma a un tronco de madera con una motosierra. / COLPISA
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Un cincel a motor

Seis artistas internacionales asombran con sus habilidades en las III Jornadas de Esculturas con Motosierra en Toledo

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La talla de la madera, tan antigua como el hombre, requiere cortes sutiles y una destreza en el uso del cincel, la gubia y la escofina para desbastar el tosco tronco de madera, darle forma y convertirlo en una obra de arte. Esto era así hasta ahora, porque una nueva generación de escultores ha decidido sustituir estas herramientas tradicionales por la motosierra. Lo han demostrado en Toledo, que este fin de semana ha acogido las III Jornadas de Esculturas con Motosierra en las que seis artistas internacionales han trabajado ante un público atónito elaborando seis piezas que en las próximas semanas se expondrán en el Círculo de Arte de Toledo.

La imaginación y la paciencia siguen estando presentes en el proceso creador del escultor con motosierra. Lo que cambia es el entorno: el artista, provisto de guantes, gafas protectoras, pantalones reforzados y protector de oídos, hace sonar la ruidosa máquina y torna un bloque de madera de dos metros de altura y casi uno de diámetro en una figura femenina, un cuerpo abstracto o un rostro humano.

Máquina forestal

La exhibición de estos artistas en la Plaza del Ayuntamiento de Toledo, junto a la Catedral, en pleno casco histórico, sorprendió a los turistas, que no esperaban encontrar a escultores armados con este tipo de maquinaria forestal.

«Manejar la motosierra es especialmente difícil porque es una herramienta industrial diseñada para un corte plano y desmochar o podar un árbol» -explica Fernando Barredo, organizador de estas III Jornadas de Esculturas con Motosierra -«porque al tener una herramienta tan tosca, esto obliga a ser más audaces, más precisos, a simplificar y a hacer un esfuerzo de imaginación especial para poder decir mucho con poco».

Fernando Barredo ha sido el encargado de elegir en persona a los artistas procedentes de países como Argentina, Líbano o Hungría que han participado en esta iniciativa. En esta ocasión ha escogido a una de las pocas mujeres que se dedican a esta disciplina en el mundo: Elisabeth Ledersberger. «Hay pocas escultoras con motosierra tal vez porque se necesita mucha fuerza física pero Elisabeth demuestra que es una escultora impecable», sostiene Barredo, que también se ha atrevido a realizar sus propias obras con motosierra. Su sueño como organizador de este encuentro de artistas es volver a reunirlos dentro de unos años para conocer su evolución.